Un artículo de Sergi Muñiz, musicoterapeuta de la Fundació Vallparadís MútuaTerrassa

En los últimos años ha habido un aumento considerable de personas con demencia, hecho que implica un impacto social de esta enfermedad cada vez más relevante. Las características principales de esta enfermedad, como el deterioro de las funciones cognitivas y la pérdida de funcionalidad, acompañados de unos síntomas conductuales y psicológicos, indican que es necesario desarrollar programas terapéuticos que favorezcan una atención personalizada para conseguir un mejor bienestar y calidad de vida de estas personas.

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La musicoterapia contribuye a restablecer, mejorar y/o mantener la salud física y/o psicológica de las personas

Dentro de las terapias no farmacológicas que se aplican a personas con demencia, la Musicoterapia (MT) ha ido ganando peso por sus efectos beneficiosos, objetivándose mejoras a nivel cognitivo, motor, funcional, en el estado de ánimo, bienestar e identidad y en la sintomatología psicológica y conductual.

La Musicoterapia es una terapia complementaria a otras disciplinas y está integrada en el modelo de Atención Centrada en la Persona. Tiene en cuenta la historia de vida y musical de cada persona y es importante coordinar el proceso terapéutico con todo el equipo interdisciplinar, para conseguir mejor los objetivos planteados.

La Musicoterapia (MT) es la utilización científica de la música y todo tipo de experiencias musicales en un proceso interpersonal. Se da una relación terapéutica entre la persona y el musicoterapeuta, donde la música se utiliza como medio de interacción y comunicación. La música se usa de manera sistemática en un contexto terapéutico para facilitar cambios en aquellas personas que padecen problemas físicos, cognitivos, emocionales o sociales (Bruscia, 2014).

Es fundamental puntualizar que debe ser ejercida por un profesional formado y acreditado a nivel universitario, que es el musicoterapeuta. En nuestro país la MT se desarrolla mediante la formación de un máster, pero en otros países es un grado universitario.

El objetivo de la MT es funcional, parte de unos objetivos terapéuticos a conseguir mediante el uso de la música. Pretende restablecer, mejorar y/o mantener la salud física y/o psicológica de las personas, consiguiendo un nivel óptimo de funcionamiento en su vida diaria (World Federation of Music Therapy, 2011). Por eso, no es necesario que la persona que reciba el tratamiento de MT tenga conocimientos musicales.

Es importante no confundir la MT con otro tipo de intervenciones que utilizan también la música, donde no está presente el musicoterapeuta. En este colectivo de personas mayores con demencia, se utiliza la música también como recurso lúdico, educativo y a menudo es utilizada por otros profesionales de otras disciplinas donde la música no se considera como el agente terapéutico principal. Tampoco debe confundirse la MT con el uso de la música de fondo, a nivel ambiental o hilo musical que muchas veces nos encontramos en centros residenciales.

La finalidad de la MT no se centra en los aspectos estéticos del producto artístico, sino que se enfoca en el proceso terapéutico. Esto implica que el musicoterapeuta trabaje con rigor metodológico, evaluando, controlando y siguiendo el tratamiento con precisión. Debe realizar una evaluación inicial para conocer el estado de salud de la persona,  el funcionamiento de todas sus áreas, conectar con ella y analizar sus necesidades, capacidades, habilidades, aptitudes y/o problemas. El uso de la música como terapia implica una interacción de los dos hemisferios cerebrales, permite llegar a múltiples áreas de la persona e incidir en aquella más afectada, hecho que refuerza este valor terapéutico.

Es necesario que el musicoterapeuta recoja la historia de vida y musical de la persona, sus preferencias musicales y la música que le aporte un significado personal. Esta música es con la que se identifica y comprende mejor, por tanto es la que tiene más integrada y permite conseguir los objetivos terapéuticos planteados. Por eso no existen recetas musicales. El musicoterapeuta adapta la música a las capacidades, necesidades y limitaciones de cada persona.

El musicoterapeuta también debe realizar un buen seguimiento del tratamiento y una evaluación final, para poder comparar y evaluar los cambios conseguidos y el progreso general.

En MT se utilizan tanto técnicas activas, que implican una acción externa o interna por parte del paciente, como técnicas pasivas, donde no requiere una acción externa o física del paciente. Se aplican a nivel individual o grupal y en distintos estadios de la demencia, pero los objetivos, la intervención y los resultados difieren según el grado de deterioro cognitivo.

En las fases más avanzadas de la demencia la terapia requiere de más especialización, pero la reacción de estas personas en la sesión de MT, les facilita poder recuperar recuerdos asociados a experiencias positivas y significativas, evocar imágenes, estimular la creatividad e imaginación y recuperar su propia identidad.

La MT en la demencia, y en la enfermedad de Alzheimer más específicamente, se fundamenta en hallazgos neurocientíficos que muestran como la reacción emocional y motora a la música se mantiene incluso en estadios muy avanzados de la enfermedad (Jacobsen et al, 2015).

Algunos de los beneficios más importantes de la MT en la persona con demencia son:

  • A nivel cognitivo, facilita los procesos de reminiscencia, la evocación de recuerdos y estimula otras funciones cognitivas como el lenguaje, el habla, la comunicación, la memoria, la atención y la orientación a la realidad.
  • A nivel físico, proporciona respuestas físicas e influye en las respuestas fisiológicas de la persona, aunque no todas responden de la misma manera. Mejora la movilidad y la fuerza, ayuda a relajarse, disminuye y reduce la agitación y el estrés, y refuerza la estimulación sensorial.
  • A nivel socioemocional, mejora las habilidades sociales, favorece la integración social y las relaciones sociales, facilita la comunicación y la expresión de sentimientos y emociones, modifica el estado de ánimo y mejora la autoestima.
  • A nivel espiritual, sugiere y evoca sentimientos de tipo religioso, transcendental y existencial.

Los efectos positivos y el potencial terapéutico de la musicoterapia en las personas con demencia, indican que cada vez es más necesario desarrollar programas terapéuticos personalizados que incluyan esta terapia.

Referencias:

Bruscia, K. E. (2014). Defining music therapy. (3rd edition). Barcelona Publishers.

Jacobsen, J. H., Stelzer, J., Fritz, T. H., Chételat, G., La Joie, R., & Turner, R. (2015). Why musical memory can be preserved in advanced Alzheimer’s disease. Brain, 138(8), 2438–2450.  https://doi.org/10.1093/brain/awv135

World Federation of Music Therapy   [WFMT]. (2011). https://www.wfmt.info/