geriatricarea Sara González Blázquez Amavir



Un artículo de Sara González, jefe médico del Grupo Amavir

¿Qué entendemos por salud mental?

Podemos entender la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es decir, la salud mental supone un equilibrio. Como en toda la población, en las personas mayores también, incluye el bienestar emocional, psicológico y social; afecta a la forma de pensar, sentir y actuar; y determina las relaciones sociales, la toma de decisiones y el manejo del estrés.

La definición de enfermedad mental “Síndrome y/o patrón comportamental, de neurodesarrollo o emocional, con relevancia clínica, que aparece asociado a malestar, a cierta incapacidad (por ejemplo, deterioro en una o más áreas de funcionamiento diario) o a un riesgo significativamente aumentado de morir, de sufrir dolor, discapacidad y pérdida de autonomía o libertad”.

La OMS señala que la prevalencia de problemas de salud mental es preocupante y va en aumento. Aproximadamente el 14% de los adultos de 60 años o más viven con un trastorno mental. Así, según las estadísticas sanitarias mundiales, estas afecciones representan el 10,6% de la discapacidad total entre los adultos mayores.

El perfil de las personas más propensas a tener estos trastornos son: ser mujer, vivir  solo y tener algún tipo de discapacidad o enfermedad física. No obstante, las afecciones de salud mental en las personas mayores suelen estar infravaloradas, infradiagnosticadas e infratratadas. En ocasiones, la estigmatización que rodea a estos problemas puede hacer que las personas sean reacias a buscar ayuda.


geriatricarea amavir salud mental
Las estrategias de prevención y de promoción de la salud mental de los adultos mayores se centran en favorecer su envejecimiento saludable

Factores de riesgo

La salud mental viene determinada no solo por el entorno físico y social, sino también por los efectos acumulativos de las experiencias de vida anteriores, los factores estresantes específicos relacionados con el envejecimiento y por supuesto con la carga genética en algunos casos. La exposición de los adultos mayores a la adversidad, la pérdida significativa de la capacidad intrínseca y una disminución de la funcionalidad son factores que pueden provocar angustia psicológica en los pacientes.

Por ello, es preciso tener en cuenta una serie de factores que pueden influir en la aparición de tratornos mentales en los adultos mayores:

  • Problemas de salud física y limitaciones funcionales. La salud mental y la salud física son complementarias e inciden la una sobre la otra. Una persona que tenga una mala salud física tendrá más posibilidades de desarrollar problemas de salud mental y viceversa.

  • La existencia previa de discapacidades, las cuales dificultan las relaciones sociales y la participación en la vida activa, y muchas veces desembocan en depresión.

  • La discriminación por motivos de edad o edadismo. Durante la tercera edad se pueden protagonizar más eventos adversos como el duelo, una reducción de los ingresos o un menor sentido de la vida. A pesar de sus múltiples contribuciones a la sociedad, muchos adultos mayores pueden ser objeto de discriminación por motivos de edad, hecho que puede afectar gravemente a su salud mental.

  • La soledad. Una cuarta parte de la población padece aislamiento social y soledad, siendo estos factores determinantes y elementos de riesgo claro para padecer enfermedades de salud mental en las últimas etapas de la vida.

  • El maltrato. Las estadísticas mundiales sanitarias señalan que uno de cada seis adultos mayores sufre malos tratos, a menudo por sus propios cuidadores. El maltrato a las personas de edad, que incluye cualquier tipo de abuso físico, verbal, psicológico, sexual o económico, así como el abandono, tiene graves consecuencias y puede conducir a la depresión.

  • La demencia. A edades avanzadas, puede ser común que muchas personas mayores sean cuidadoras de sus cónyuges o familiares cercanos con afecciones crónicas, como la demencia. Las situaciones a las que deben hacer frente, las rutinas diarias y las responsabilidades que asumen pueden afectar directamente a su estado de salud mental.

Tipos de afecciones o problemas de salud mental

Podemos distinguir ocho tipos de enfermedades mentales:

  1. Las de tipo afectivo
  2. Los que provocan ideas delirantes
  3. Derivadas del consumo de drogas
  4. Determinadas discapacidades mentales
  5. Trastornos orgánicos del cerebro
  6. Neuróticos derivados del estrés
  7. De personalidad y del comportamiento
  8. Alteraciones del desarrollo psicológico

Pero vamos a hablar solo de las afecciones de salud mental más frecuentes en los adultos mayores son la depresión y la ansiedad. Las estadísticas sanitarias mundiales (GHE 2019) muestran que, a nivel mundial, alrededor de una cuarta parte de las muertes por suicidio (27,2%) se producen en personas de 60 años o más.

  • La depresión

La depresión se define como un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

Esta patología interfiere con la vida diaria y, a pesar de lo que comúnmente se piensa, la depresión no es una parte normal del envejecimiento. Las personas mayores con depresión precisan de una atención especializada, que se da en las residencias de persona mayores, ya que la sintomatología no es solo emocional, sino que también se pueden presentar síntomas físicos que enmascaran el proceso.

La depresión se manifiesta de formas diferentes en las personas de edad avanzada. Para saber cómo combatir la depresión en adultos mayores, el primer paso es identificar qué tipo de depresión padece acudiendo a un experto. Puede tratarse de depresión grave, distimia, trastorno afectivo estacional, trastono bipolar o ciclotimia.

  • La ansiedad

La ansiedad es el problema de salud mental más común registrado en la población. Se trata de un estado emocional desencadenado en los seres humanos como respuesta a una situación de amenaza, peligro, estrés o preocupación. Así, puede considerarse como un mecanismo de defensa que nos permite enfrentarnos a las distintas circunstancias y eventualidades de nuestra vida.

La ansiedad y el miedo son respuestas humanas “normales” ante situaciones de peligro real o percibido, y actúan como una señal de alerta que nos permite prepararnos para enfrentar el estímulo percibido. No obstante, a pesar de ser un mecanismo de defensa natural del organismo frente a estímulos internos o externos, la ansiedad supone un problema cuando causa malestar y sufrimiento a las personas que lo presentan.

Los trastornos de ansiedad suelen afectar al funcionamiento en diferentes facetas de la vida de una persona. Incluyen los diagnósticos de crisis de ansiedad, ansiedad generalizada o persistente y formas mixtas de trastornos de ansiedad.

La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico, por lo que sus síntomas también se identifican con esta dicotomía. Respecto a los síntomas mentales, destacan la preocupación constante, el cansancio, la irritabilidad y los problemas para concentrarse y conciliar el sueño. Como síntomas físicos, pueden producirse pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos o desmayos.

Las conclusiones de investigaciones clínicas y de estudios poblaciones señalan de forma reiterada que los trastornos de ansiedad en las personas mayores suelen estar infradiagnosticados o infratratados, pese a su relevancia clínica.

Cómo prevenir trastornos mentales en personas mayores

En la sociedad actual, las estrategias de prevención y de promoción de la salud mental de los adultos mayores se centran en favorecer un envejecimiento saludable, lo que implica crear entornos físicos y sociales que faciliten el bienestar y permitan a las personas llevar a cabo las actividades que son importantes para ellas, a pesar de la pérdida de facultades.

Esto conlleva que los verdaderos protagonistas de la atención asistencial sean, precisamente, nuestros mayores. El modelo asistencial de las residencias de Amavir Guiados por Ti, consiste en poner al residente en el centro y que él mismo se sienta que forma parte activa de la toma de decisiones para elegir los apoyos que necesita. Es decir, en lugar de que la persona se adapte al centro, sucede al revés: el centro se adapta a las necesidades del adulto mayor, ofreciéndole una atención completamente individualizada y de calidad. Este modelo nos permite acercarnos a lo que realmente el usuario siente y necesita.

Además de este modelo asistencial, es importante tener en cuenta una serie de estrategias clave para todos los mayores que viven en sus casas, para la prevención y la promoción de la salud mental, que fomentarán un envejecimiento saludable  

  • Medidas para reducir la inseguridad financiera y la desigualdad de ingresos

  • Programas para garantizar viviendas, edificios públicos y transportes seguros y accesibles

  • Apoyo social a los adultos mayores y a sus cuidadores

  • Fomento de comportamientos saludables, especialmente a seguir un régimen alimentario equilibrado, mantenerse físicamente activo, abstenerse del tabaco y disminuir el consumo de alcohol

  • Programas de salud y sociales dirigidos a grupos vulnerables, como los que viven solos o en zonas remotas y los que padecen una afección crónica
  • Incremento de interacciones sociales. Algunos ejemplos de intervenciones son las iniciativas de amistad, los grupos comunitarios y de apoyo, los grupos de artes creativas, los programas de voluntariado, los encuentros intergeneracionales y las terapias asistidas con animales, entre otros

Recursos para mejorar la salud mental en la tercera edad

Además de todas las estrategias y factores de riesgo anteriormente mencionados, es importante buscar y aplicar recursos y servicios que puedan mejorar la salud mental de los mayores. A través de estos hábitos de envejecimiento saludable, podemos aportar grandes beneficios a su calidad de vida:

  • Realizar ejercicios de agudeza mental como leer, hacer crucigramas, sudokus o jugar al ajedrez, entre otros. Es importante mantener el cerebro activo en personas mayores ya que favorece la estimulación de éste y la creación de conexiones neuronales.

  • Practicar ejercicio físico y tener un estilo de vida activo ayuda a dormir y descansar mejor, descargar el estrés, reducir los estados depresivos y mejorar la circulación, la tensión arterial, el peso, el colesterol, etc.

  • Seguir una dieta saludable , como la dieta mediterránea, comer alimentos ricos en ácidos grasos, vitaminas y minerales es beneficioso tanto para el cerebro como para el estado de ánimo. Se recomienda comer nueces, almendras, pescado azul, fruta, verdura, etc.

  • Mantener relaciones sociales e interactuar con la gente para romper con la rutina y evitar la soledad, el aislamiento y la depresión.

  • Fomentar la autonomía para que se sientan útiles y autosuficientes.

En definitiva, resulta imprescindible tener en cuenta una multitud de factores económicos y sociales para evitar la vulnerabilidad de las personas mayores y reducir la probabilidad de padecer trastornos o afecciones mentales como la ansiedad y la depresión, entre otros. Asimismo, es de vital importancia trabajar la salud mental día a día y disponer de medidas efectivas para que toda la ciudadanía pueda acceder a ella, independientemente de su grupo de edad, nivel de poder adquisitivo o país o región de residencia.