Con sus proyectos sobre rehabilitación tras el ictus y tratamiento de las úlceras, las enfermeras del Hospital Ricardo Bermingham de Matia Fundazioa, Karol Machiñena y Marina Iglesias ha logrado las ayudas a la investigación enfermera cofinanciadas por el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa y el Consejo General de Enfermería y dotadas con 5.000 euros.

Tal y como señalan desde el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI), en la selección de ambos trabajos sobre rehabilitación tras el ictus y tratamiento de las úlceras se ha valorado especialmente sus objetivos, la calidad científico-técnica de ambos proyectos de investigación, así como el rol protagonista de los profesionales de enfermería en los mismos.

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Las ayudas a Karol Machiñena y Marina Iglesias fueron entregadas por la presidenta del COEGI, Pilar Lekuona, y el asesor de Investigación del Colegio, Javier Ortiz de Elguea

El proyecto «Estudio piloto de rehabilitación en ictus basado en ejercicios de doble tarea«, presentado por la enfermera Karol Machiñena, es un estudio innovador dirigido a personas que han sufrido un ictus, basado en la hipótesis de que la realización de una tarea cognitiva y otra motora al mismo tiempo favorece la recuperación y produce una mayor estimulación de ambas áreas.

Además, se pretende explorar otros ámbitos de la persona como los síntomas emocionales y la repercusión que ha tenido el ictus, la calidad de vida de estas personas, y la satisfacción hacia la actividad. Y es que, tal y como destaca Karol Machiñena, «existe evidencia científica limitada en torno a los ictus, que explore tanto la tarea dual motora-cognitiva, que evalúe resultados a nivel cognitivo, no solo físico/motor y que explore síntomas emocionales».

Por su parte, Marina Iglesias presentó el «Estudio experimental del uso de Sevoflurano como tratamiento alternativo en las úlceras para manejar el dolor y favorecer la cicatrización en las úlceras«. El Sevoflurano es un tratamiento innovador dirigido a personas hospitalizadas que presentan úlceras con dolor.

En un centro como el Hospital Ricardo Bermingham dirigido a la atención adulta mayor, con una media de edad superior a los 80 años, muchos de ellos con dependencia, el estudio pretende analizar si el uso de sevoflurano en las úlceras disminuye el dolor, facilita una mejor limpieza, disminuyendo la posibilidad de infección, y favorece la cicatrización, mejorando así la calidad de vida de las personas hospitalizadas.

«El proyecto, que durará año y medio, pretende además tener continuidad en el domicilio para asegurarse una correcta cicatrización de las úlceras», señala Marina Iglesias.