Un artículo de Ana Soto,
Técnico Superior Audiología Protésica en Audika España

A medida que envejecemos, nuestras células también envejecen, por lo que vamos perdiendo ciertas capacidades intrínsecas. Entre ellas, la pérdida auditiva, que puede tener un gran impacto en nuestra calidad de vida y acelerar el deterioro cognitivo.

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La pérdida auditiva en España afecta a un 10% de la población pero tan solo 4 de cada 10 personas afectadas utiliza audífonos para mejorar su audición

¿Cómo evitar la pérdida auditiva?

La pérdida auditiva en España afecta a un 10% de la población, es decir, alrededor de 4,6 millones de personas. Sin embargo, el Estudio EuroTrack 2023 sobre Pérdida de Audición y Uso de Audífonos, recoge que tan solo 4 de cada 10 personas afectadas utiliza audífonos para mejorar su audición. Una situación que se suele dar con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, por eso es importante concienciar desde edades tempranas y revisar nuestra salud auditiva de forma anual.

No obstante, la preocupación por desarrollar pérdida auditiva es mayor a partir de los 65 años, una edad en las que las personas se ven afectadas por distintos síndromes geriátricos, los cuales pueden estar directamente relacionados con la salud auditiva. Pero ¿cuáles son esos síndromes que tienen una conexión con la audición.

Síndromes geriátricos y audición

  • El Síndrome de Presbiacusia es la pérdida auditiva relacionada con la edad y afecta a la mayoría de las personas mayores. Una condición gradual que impacta en la comunicación y la participación social de las personas de edad avanzada. Según cifras recientes, se estima que casi el 100% de la población con más de 80 años padece presbiacusia, teniendo una presencia inferior en adultos de 70 y 60 años.

  • El Síndrome de Menière se presenta como un desafío para todos aquellos mayores que lo sufren, ya que tiene unos síntomas que pueden afectar de manera significativa en la calidad de vida de las personas. Se caracteriza por los vértigos, al igual que por una pérdida de audición fluctuante, sensación de oído cansado y tinnitus, ese zumbido en los oídos.

  • El Síndrome de la Fatiga Auditiva es habitual que aparezca a medida que las personas envejecen, lo que encima hace que se acelere su ritmo. La dificultad para seguir una conversación y entenderla con normalidad puede derivar en la aparición de esta fatiga, teniendo un impacto en sus habilidades de comunicación y en las interacciones propias de la vida en sociedad.

  • El Síndrome de la Oreja de Nadador o lo que es lo mismo, infección del conducto auditivo externo, puede causar dolor y pérdida auditiva. La principal medida de prevención para este síntoma es el cuidado adecuado y delicado de los oídos, teniendo unas buenas rutinas de higiene. Introducir los dedos, hisopos de algodón u otros objetos en los oídos también puede provocar el oído de nadador al dañar la capa delgada de piel que recubre el conducto auditivo.

  • El Síndrome de la Presión Acústica deriva de la exposición a niveles altos de ruido de manera continuada a lo largo de la vida, un síndrome que se puede desarrollar tras haberse dedicado profesionalmente a la minería o la construcción, por ejemplo.

Estos son los cinco síndromes geriátricos que están relacionados con la audición. Sin embargo, hay otras situaciones como la soledad y el aislamiento social que deben tenerse en cuenta.

Una pérdida auditiva no tratada puede derivar en el aislamiento parcial o total de la persona, un hecho que suele producirse después de haber presentado dificultades para participar en conversaciones y en la vida diaria. Una experiencia difícil de gestionar emocionalmente y que puede afectar de forma negativa a la salud mental, un aspecto crucial que no se debe descuidar en ningún momento.

En definitiva, la intersección entre la audición y los síndromes geriátricos es un campo complejo pero fundamental para el cuidado integral de las personas.