Un artículo de Mª Consuelo Vázquez Ruiz de Larrea, socia de SECOT Delegación de Álava
Uno de los mayores factores determinantes de la primera mitad del siglo XXI, es sin duda, la sociedad de la longevidad. Este nuevo paradigma implica una diversidad y/o heterogeneidad evidente, lo que implica, desarrollar nuevas destrezas, capacidades, habilidades, experiencias, vínculos afectivos. No podemos homogeneizar a las personas mayores, hay una gran variedad de situaciones y vidas diferentes. La última etapa de la vida no solo debe considerarse como espacio conceptuado de plenitud o dependencia.
La segunda mitad de la vida, los 50+, es la etapa más larga del desarrollo humano, ya que puede abarcar alrededor de 25 años o más. Lo que implicará cambiossustanciales, distintas demandas, decisiones, actitudes, aprendizajes, necesidades, ayudas, cuidados, motivaciones, valores, etc. Supone no solo vivir más, sino mejor, más plenamente, ser más partícipes e integrados en la comunidad, tener más salud y autonomía y en consecuencia ausencia de dependencia y fragilidad.
Se constata que, en las próximas décadas, los progresos venideros para mejorar el bienestar y calidad de vida como: la innovación en tecnologías sanitarias, el incremento de la salud preventiva, la disminución de enfermedades crónicas y discapacitantes, la detección temprana y la integración coordinada entre servicios sociosanitarios; contribuirán a mejorar el bienestar de los ciudadanos. Todo esto supone un gran desafío que hay que tenerlo presente.
El Estado Español, se sitúa liderando hoy en la Unión Europea, la media de la esperanza de vida en 84 años y algo más incluso en el género femenino. Se supone que, en el año 2050, la esperanza de vida al nacer en la Unión Europea se alcance por encima de los 85 años, y así iremos aumentándola a medida que pasen los años.
El logro para aumentar la posibilidad de cumplir más años se consigue gracias al “Envejecimiento Activo y Saludable”, que permite convertir los años ganados con salud y bienestar, favoreciendo así la sostenibilidad del sistema. Envejecer se ha de hacer “con gusto”.
La forma de entender la vejez y el envejecimiento va a representar una gran transición en los próximos 10 o 20 años, de hecho, ya se está notando hoy. Las tendencias demográficas, sociales, tecnológicas, económicas, etc., en las que estamos inmersos como sociedad, nos obligan a reevaluar, repensar y reorganizar la manera en la que los mayores vivimos la vejez, o, mejor dicho, “vivimos la vida”.
La nueva mirada de la “Longevidad”, se basa en desarrollar la fuerza y la oportunidad de las propias vidas de los mayores. Las sociedades que serán más longevas pasarán sin duda por varias transformaciones en la forma de relacionarnos, y en conceptos clave sobre los que se basa nuestra convivencia como: la salud, la economía, el bienestar, el entorno, las relaciones, los recursos…
Para llegar a alcanzar realmente esta nueva etapa que se nos está presentando proponemos unos Objetivos y/o metas primordiales.
¿Qué se entiende por Nueva Longevidad Saludable?
Suscribo lo que la mayoría de los investigadores y estudiosos del tema, coinciden en que la Longevidad se puede definir en 4 palabras “Vivir Más y Mejor”. Con el aumento de la esperanza de vida, su gestión se ha convertido en una necesidad urgente. Llegar con más años en buenas condiciones de salud física, mental y social- relacional, es una de las metas más importantes de nuestra sociedad. La pregunta es ¿cómo lograremos conseguirlo?
1.- Intensificando hábitos saludables, siendo conscientes de la importancia de la prevención y promoción de la salud a lo largo de la vida y contando con el calendario de vacunas establecidas. El objetivo estará orientado a evitar la discapacidad, fragilidad y dependencia, logrando así una mayor autonomía e independencia.
2.- Realizando ejercicio físico permanente, fomentando un adecuado funcionamiento biológico a través de la actividad física diaria. El cuidado del cuerpo es esencial.
3.- Manteniéndose activo mentalmente, el nivel psíquico intelectual y afectivo-emocional es otra faceta imprescindible. Es preciso conseguir un aceptable funcionamiento cognitivo estimulando el cerebro.
4.- Incrementando las relaciones sociales sanas y positivas, la socialización es factor primordial. Es necesario contar con vínculos, redes de participación y apoyo familiar y social.
5.- Cuidando la alimentación diaria con una dieta equilibrada, a poder ser la mediterránea. Recomendable ayunar 12 horas cada día.
6.- Durmiendo y mejor descansando por lo menos 7 u 8 horas diarias y disponer de ayuda profesional, si se producen trastornos del sueño.
7.- Evitando tajantemente el consumo de alcohol, tabaco, opioides, estrés.
8.- Prestando atención a la Salud Mental, que suele considerarse aún muy estigmatizada socialmente.
9.- Planificando un futuro financiero, para poder contar con los recursos económicos suficientes para disfrutar de una vida longeva con salud financiera.
10.- Teniendo un proyecto u objetivo vital. Se aconseja disponer de metas que tengan sentido y significado propio. No importa cualquier edad, hay que tener siempre presente lo que se quiere.
11.- Practicando la Espiritualidad: Concepto distinto al de Religiosidad. Implica pensar en la transcendencia. Es un pilar más de nuestra identidad, que nos lleva a buscar y entender orígenes y significados, a vivir de forma consciente, conectando con los otros seres y preguntándonos por lo que hay después, que el ser humano viene interrogándose desde que comienza su andadura en la tierra. Supone conectar con la armonía personal, va más allá de lo material.
Es evidente, que la gestión de la longevidad no es posible satisfacerla solo a nivel personal. Se debe contar con un compromiso conjunto de los individuos, la sociedad en su conjunto, administraciones públicas, empresas privadas, organismos locales, asociaciones del tercer sector, fundaciones, organizaciones.
La Nueva Longevidad va más allá de la Edad Cronológica. Es fascinante descubrir cómo podemos influir activamente en nuestra calidad de vida a medida que envejecemos. No se trata solo de “vivir más” sino de “vivir mejor con plenitud”. La edad cronológica no define a la persona, tiene que ver más con cómo decidimos vivir nuestro futuro.
Nueva Longevidad y Salud
La Agenda Nagusi de Euskadi (2023) en su informe de reflexión en torno a este concepto, expone que la salud de los mayores presenta en la actualidad varios desafíos. Las vidas serán de mayor duración, posiblemente con más enfermedades crónicas y en consecuencia con más dependencia y fragilidad.
“Añadir vida plena a los años”, es lo más deseable, con posibilidades de envejecer de forma más saludable, permaneciendo activo en todos los ámbitos del desarrollo: físico-biológico, psíquico (intelectual y afectivo-emocional) y social-relacional.
Al hablar de la salud, hay que considerarla en sentido integral, aunque se suele dar más valor a la física-biológica. Ahora importa prestar más atención y comprensión a la morbilidad, y a que la muerte se experimente con el menor sufrimiento posible. Las intervenciones en nuestra salud pública tienden a reducir la duración y el sufrimiento de la enfermedad, sobre todo, hacia el final de nuestra vida.
Se pretende como objetivo a conseguir, que la autonomía y la funcionalidad biológica de los mayores dure el mayor tiempo posible, y que el declive del final de la vida sea lo más corto, sin dolor, bien atendidos y, si es preciso, con cuidados adecuados y adaptados a cada individuo.
El reto será que los mayores disfruten de buena calidad de salud en: movilidad, capacidad mental, afectiva y relaciones sociales, hasta edades elevadas. El estar atendidos física y emocionalmente, proporciona un sentimiento que otorga más seguridad, satisfacción y bienestar. Tener un vida larga y sin sufrimientos es el deseo de todos.
Nuestro sistema sanitario de salud -hoy bastante debilitado-, en el futuro, debería orientarse además de poder curar, a una fórmula que nos proporcione mantenernos sanos, ayudados por las nuevas tecnologías (TIC). Tendría, además, que prestar una atención más personalizada y empática por parte de los profesionales.
Hay que tener en cuenta que los hallazgos y avances de investigación en medicina y tecnología, contribuyen a alargar la vida de los mayores. Entre los más significativos, están los siguientes:
- La medicina Genómica, ayuda a mejorar la longevidad. Implica un cambio de mirada en la atención a la salud, ya que permite trazar un mapa genético, y predecir la posibilidad, entre otras, de prescribir alguna enfermedad y, por lo tanto, influir en la calidad de vida. Está orientada a la prevención, diagnóstico y tratamiento.
- La Gerociencia, logrará realizar intervenciones a nivel celular o genético, pudiendo retrasar, detener o incluso revertir procesos que provocan enfermedades relacionadas con la edad. Se pueden incluir aquí varias formas de cáncer, hipertensión, diabetes, Alzheimer u otros tipos de demencia y alteraciones de carácter degenerativo como: artritis, osteopenia, sarcopenia y fragilidad.
- Herramientas como la Medicina de Precisión y la Inteligencia Artificial (IA, están prestando grandes hallazgos y aportaciones. Ambas logran conexionar la salud con la mayor duración de la vida, haciendo que los últimos años, sean de buena salud, bienestar, calidad de vida, libres de enfermedades crónicas e inmunitarias y discapacidades, sin pérdidas de autonomía y/o de funcionalidad.
La IA se emplea ya en el diagnóstico más preciso de varias enfermedades y operaciones quirúrgicas, aunque su aportación será mucho mayor en los años venideros. El análisis que pueden hacer la IA y las redes neuronales, sirven para aportar excelentes cantidades de datos médicos, y poder lograr prevenir y predecir futuras enfermedades a nivel personal y colectivo.
Es un hecho que, si se realiza más detección temprana y prevención adecuada de las enfermedades, reduciremos los costes económicos en salud hospitalaria, fármacos, visitas médicas y en menor uso de recursos sanitarios.
La Telemedicina: ya se emplea para visitas virtuales con los pacientes, a través de distintas aplicaciones. Su utilización será cada vez mayor.
El sueño: se puede mejorar con monitores y máquinas que diagnostican y/o detectan alteraciones como la apnea con resultados positivos.
Conexión a dispositivos para monitorear las funciones de los distintos órganos: corazón, cerebro y músculos, con la pretensión de investigar la enfermedad o la actividad anormal, a través de “piel inteligente”, o en la ropa, automóviles y domicilios.
Los dispositivos electrónicos biointegrados posibilitan llegar a ser capaces de prevenir un ataque de epilepsia, restablecer un latido cardiaco irregular, o enviar datos biométricos, para que el profesional médico los analice para una intervención temprana.
Los ancianos podrán mantenerse con más movilidad por más tiempo que ahora, contando con la ayuda de exoesqueletos delgados y portátiles, que les proporcionen mejor funcionalidad y seguridad en distancias mayores.
Los robots, seguirán utilizándose cada vez más, como compañía, ayuda en el recuerdo de la toma de medicamentos y en la realización de actividades y acciones de la vida diaria.
Nueva Longevidad y Actividad Física
El fomento del ejercicio físico está de sobra reconocido como un beneficio indispensable para la salud global de la población mayor. La lucha contra el sedentarismo es una herramienta tanto para la prevención como para el tratamiento de enfermedades presentes y futuras.
La inmovilidad acarrea un conste considerable. Si intensificamos los ejercicios de la actividad física se pueden ahorrar gastos en la economía de cualquiera nación, centrándose sobre todo en 5 aspectos esenciales: disminución de la muerte temprana, menos número de hospitalizaciones, medicamentos y asistencia médica, además de mejorar la salud mental y las enfermedades no transmisibles.
No se debe olvidar los beneficios sociales que proporciona este ejercicio, mejorando la calidad y cantidad de relaciones y el comportamiento personal, ya que incrementa la autoestima y empatía con los demás.
Las anteriores generaciones de mayores, no han tenido una información suficiente sobre las ganancias que supone la acción física en la salud integral. En la actualidad esta dificultad se va subsanando.
En nuestro país, la Red de Investigación EXERNET, pretende lograr una introducción real de la actividad física en el sistema de salud. Es una red de investigadores científicos que propone una unión integrada de todos los profesionales sanitarios y sociosanitarios. En este último ámbito, se incluyen los Fisioterapeutas y los Educadores Físico-Deportivos de la titulación de Ciencias de la Actividad Física y Deportiva, que serían los encargados de diseñar una programación adaptada a cada persona.
Es evidente que, no todo vale para cualquier mayor y de la misma forma impartido. Importa, sobre todo, la manera de supervisión y el modo de cómo se realiza el ejercicio. No se produce el mismo resultado beneficioso, hacerlo personalmente, que con el diseño de un programa personalizado, supervisado y realizado por un profesional formado.
Hay que “Activarse” diariamente para mantenerse sano. Actualmente, se está dando mayor importancia a ejercicios de fuerza, resistencia aeróbica y equilibrio, ya que ayudan a mantener la masa muscular y mejorar el menor riesgo de fragilidad y mortalidad.
El sistema de salud nacional sería deseable que priorizada, actuara, implementara y prescribiera políticas públicas sobre la actividad física de forma reglada, como una prestación más. Se considera esta una estrategia prioritaria para una población cada vez más longeva.
El resto de los demás objetivos y/o metas señalados para comprender lo que implica la Nueva Longevidad, sobrepasan los límites de este artículo.
La importancia de la alimentación, sueño-descanso, los hábitos saludables, la socialización, el cultivo de la mente, la evitación del consumo de alcohol, tabaco, opiáceos, estrés, la atención a la salud mental, la planificación financiera, el proyecto vital y la espiritualidad, son retos para pensar en otras ocasiones.
Resumiendo
Vivimos cada vez más y con mejores años, con más esperanza y calidad de salud. Gracias a los avances médicos, tecnológicos y sociales, los adultos mayores hoy, están más sanos que hace 10 o 20 años. Si queremos evitar la discriminación y desigualdad por razón de edad, urge fomentar vidas saludables e inclusivas en toda su extensión, lo que repercutirá en el bienestar de la sociedad en su conjunto.
La Nueva Longevidad es un enfoque distinto, más trasformador, una oportunidad para desarrollar la mejor manera de habitar la ciudadanía. El vivir muchos años, será una vida larga, distinta a la actual, ya que implicará un mayor protagonismo social. Por primera vez, esta prolongación de la vida deberá ser una experiencia colectiva.
Para estar vivo, hay que estar sano y activo, teniendo contactos permanentes y contando con un proyecto vital, que tenga sentido y significado propio. Esta transición que implica la longevidad supone nuevos roles, deseos y oportunidades, más independencia de actuaciones y, en definitiva, una nueva etapa para la humanidad.
N/B: Este texto refleja solo la opinión de la autora. En ningún caso se debe entender como el sentir formal de los miembros de Secot-Álava