La práctica de ejercicio físico retrasa la aparición de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson, mejora la capacidad cognitiva y del aparato locomotor, disminuye el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y mejora el perfil de la hipertensión arterial y de la diabetes, entre otros beneficios, tal y como señalan desde el Hospital Universitario Infanta Elena.
La práctica de ejercicio físico el clave para mantener una vida saludable, tanto desde el punto de vista físico como mental. Además, contribuye a prevenir enfermedades y mejorar su evolución una vez han aparecido. Por ello, y con el fin de favorecer su práctica, el Hospital Universitario Infanta Elena –centro sanitario público de la Comunidad de Madrid- ha incluido como estrategia prioritaria de su línea de trabajo de promoción y prevención en salud la prescripción de ejercicio físico para contribuir a mejorar la calidad de vida y bienestar de la población.
Especialistas de diferentes áreas de este hospital han elaborado una serie de consejos enfocados en distintos perfiles de pacientes, como las personas mayores y quienes sufren enfermedad cardiovascular o con patologías del aparato locomotor -rodilla, hombro o columna- para ayudarles a saber cómo hacer ejercicio de manera saludable.
Tal y como afirma la Dra. Albina Melo, directora de Continuidad Asistencial del centro, «el deporte, bien hecho y bien entendido, es una de las mejores herramientas que tenemos, ya que tiene un impacto positivo prácticamente en todos los órganos del cuerpo». Por ejemplo:
- retrasa la aparición del Alzheimer o el Parkinson
- mejora la capacidad cognitiva y del aparato locomotor
- disminuye el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, como el de mama o el de colon
- mejora el perfil de la hipertensión arterial y la diabetes, entre otros beneficio
En concreto, la Dra. Melo señala que «se ha comprobado que la práctica de ejercicio físico puede llegar a reducir el índice de mortalidad en torno a un 20-25 por ciento, especialmente en aquellos individuos que están mejor entrenados».
En el caso concreto de pacientes con enfermedad cardiovascular, el Infanta Elena tiene, de hecho, protocolizada la prescripción de ejercicio físico, ya que reduce entre un 20-25% la posibilidad de sufrir una cardiopatía.
«Sin embargo, buscamos hacerlo extensivo a otras personas que tienen un mejor cuadro médico y seguir promoviendo su práctica en general, haciendo énfasis en que, probablemente, el ejercicio bien hecho tiene la misma efectividad, o incluso más, que algún tratamiento», indica la directora de Continuidad Asistencial del Hospital Universitario Infanta Elena.
Practicar el ejercicio físico para evitar el sedentarismo
Respecto a cómo practicar el ejercicio físico, los expertos recomiendan siempre como base el ejercicio aeróbico cardiovascular sano, como caminar, nadar o trotar, durante unos 30 o 40 minutos, y siempre a un ritmo asumible en cada caso. Asimismo, recomienda combinar el aeróbico con ejercicio de fuerza para ganar musculatura, y a una intensidad adecuada, aunque siempre con moderación, para que no suponga un estrés para el organismo.
Por lo que se refiere a las personas con más de 60 años, la Dra. Melo aconseja realizar en primer lugar un chequeo que permita evaluar el estado físico de partida y comprobar si hay algún factor de riesgo. En este sentido, advierte que «es fundamental que las personas de este grupo poblacional no caigan en el sedentarismo, ya que la mayor parte de los problemas atendidos en consulta derivan de la impotencia funcional que se va desarrollando a ciertas edades con el paso del tiempo».
Para estas personas se recomienda un ejercicio constante y moderado y, si se comienza de cero, es importante recordar que tienen más riesgos que quienes ya están entrenados; de ahí la relevancia de que la práctica del ejercicio sea progresiva.
Cuando un paciente quiera hacer un ejercicio más vigoroso, la especialista del Hospital Universitario Infanta Elena recomienda hacer un electrocardiograma o una prueba de esfuerzo, así como confirmar si sufre alguna molestia o tiene antecedentes personales o familiares alarmantes. «En general, la actividad física es buenísima y hay que promoverla tanto como la dieta mediterránea, ya que puede retrasar la aparición de muchas enfermedades y hacer que estas tengan una evolución más favorable», concluye.