Un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de València y de la Universitat de València (UV) refuerza la hipótesis de que existen ciertos mecanismos genéticos, como la sobreexpresión de la proteína Bcl-xL en células T, que contribuyen a un envejecimiento saludable y abre puertas a futuras estrategias terapéuticas.
Los resultados de esta investigación demuestran que la sobreexpresión de la proteína Bcl-xL en células T mejora la respuesta inmunitaria y preserva la integridad mitocondrial en el músculo, ralentizando así la fragilidad asociada al envejecimiento. Utilizando un modelo de ratón transgénico con sobreexpresión de Bcl-xL en células T (similar a los centenarios), se analizaron los efectos de esta proteína en distintas etapas de la vida, desde la juventud hasta la vejez avanzada. Para ello:
- se evaluó la composición corporal
- se analizó el rendimiento físico y la funcionalidad mitocondrial
- se realizaron estudios sobre la regeneración muscular y el equilibrio del sistema inmunológico

Los ratones fueron divididos en cuatro grupos de edad (jóvenes, adultos, mayores y muy mayores) y se realizaron análisis metabólicos, tests de fuerza y resistencia y estudios de fragilidad. Se aislaron células T del bazo de dichos animales para caracterizar los distintos subtipos celulares y medir los procesos de apoptosis y autofagia con la edad. Además, se estudiaron los efectos de la sobreexpresión de Bcl-xL en la regeneración muscular tras una lesión inducida con BaCl₂, y se utilizó inmunohistoquímica para evaluar la infiltración de linfocitos T reguladores en el músculo.
“En estudios previos, identificamos una posible clave genética para un envejecimiento saludable. Aquí demostramos que la sobreexpresión de la proteína Bcl-xL en ratones mejora la función de los linfocitos T, reduce la inflamación y protege la integridad mitocondrial en los músculos, retrasando así la fragilidad asociada a la edad”, explican las doctoras Consuelo Borrás, autora de correspondencia de la publicación, y Cristina Mas-Bargues, también participante en la publicación.
“Este hallazgo se basa en estudios previos en centenarios (modelo de envejecimiento exitoso), quienes muestran una mayor expresión natural de Bcl-xL en sus células inmunitarias en comparación con octogenarios”.
Por su parte, el doctor José Viña, último autor de la publicación. señala que “en un siguiente paso, se podría explorar si Bcl-xL también influye en la lucha contra las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la sarcopenia, el deterioro inmunológico, o las enfermedades neurodegenerativas, que afectan a la calidad de vida de millones de personas mayores. Estos hallazgos representan un avance significativo hacia estrategias para un envejecimiento más saludable”.
Esto es especialmente importante teniendo em cuenta que para 2050 se estima que la mitad de la población de la Unión Europea de más de 65 años será frágil o incluso presentará discapacidad. La fragilidad es un síndrome geriátrico que se define por la presencia de tres de cinco características (debilidad muscular, lentitud en la marcha, baja actividad física, agotamiento o fatiga y pérdida de peso involuntaria) y se traduce en mayor dependencia y disminución de calidad de vida que, si no se previene o se trata, aumenta el riesgo de discapacidad y hospitalización.
Esta investigación ha estado liderada por INCLIVA a través del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico, siendo el investigador principal el doctor José Viña Ribes, último autor de la publicación, y por el Grupo de Investigación en Envejecimiento Saludable (MiniAging), cuya investigadora principal es la doctora Consuelo Borrás Blasco, autora de correspondencia de la publicación. Ambos son catedráticos de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universitat de València (UV) y miembros del CIBERFES (Centro de Investigación Biomédica en Red en Fragilidad y Envejecimiento Saludable), del Instituto de Salud Carlos III.
Los resultados de esta investigación recogidos en el artículo ‘Bcl-xL overexpression in T cells preserves muscle mitochondrial structure and function and prevents frailty in old mice’, publicado en la revista Science Advances, pueden consultarse aquí.