Durante su intervención en el XII Congreso Nacional de Organizaciones de Mayores, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, instó a “acometer las causas profundas de la discriminación por edad” y a crear espacios de escucha y participación donde las personas mayores puedan aportar sus experiencias.
Para ello, el Defensor del Pueblo aseguró que “la clave es pensar y contar con ellas con un enfoque de derechos, de sus derechos”, recalcando que “se les ha de tener en cuenta y que la nueva perspectiva ha de construirse con su participación, alejada de una concepción como un grupo pasivo, improductivo, frágil y dependiente”.

En opinión de Ángel Gabilondo, en el modelo contemporáneo de derechos humanos, la vulnerabilidad ya no es un presupuesto de partida, sino que guarda relación con las condiciones de las personas y con las barreras de todo tipo que impiden o dificultan que puedan participar en sociedad y en igualdad de condiciones con las demás. En este sentido, “la situación de vulnerabilidad de los mayores es resultado de las estructuras sociales o políticas que los discriminan, a veces con la intención de protegerles”, alertó.
En este contexto, el Defensor del Pueblo advirtió que el logro del bienestar social para las personas mayores “exige superar una visión demasiado angosta de las necesidades y tratamiento de los mayores centrada exclusivamente en la debilidad económica y en el deterioro físico y psíquico, para ampliar el círculo limitado de atenciones y prestaciones con acciones dirigidas a eliminar las situaciones de exclusión y promover una mayor integración social”.
Por lo que respecta a los instrumentos legales disponible para proteger y amparar los derechos de las personas mayores y, a falta de un tratado internacional de derechos humanos específico y concreto, Ángel Gabilondo puso en valor la iniciativa del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el pasado 3 de abril, para que un grupo intergubernamental elabore un proyecto de instrumento internacional jurídicamente vinculante. Según explicó, el objetivo es “redactar un tratado internacional de gran alcance que vele por los derechos de los mayores”.
En su exposición, el Defensor del Pueblo abogó, además, por un desarrollo efectivo de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, y que ésta cuente con un buen sistema de financiación. “Si escuchamos a las personas mayores, sentiremos una y otra vez que es necesaria una nueva orientación de los cuidados, que se precisa revisar el modelo residencial y de los centros de día, y potenciar la economía de los cuidados”, afirmó.
El Defensor del Pueblo también recalcó los principales asuntos relacionados con las personas mayores sobre los que actúa la institución que dirige y que tienen que ver con la supervisión de la atención residencial. A través de peticiones de información o con visitas a centros públicos y concertados, se comprueba si las comunidades autónomas están adoptando medidas para que el modelo de atención ponga en el centro de sus prioridades la dignidad de las personas mayores y el respeto a sus derechos.
Ángel Gabilondo se refirió, asimismo, a las quejas recibidas en la institución Defensor del Pueblo relativas a las personas mayores, indicando que son, generalmente, sobre:
- dependencia
- ayuda a domicilio
- atención sanitaria
- tramitación de pensiones o prestaciones
Hizo especial hincapié en a la situación de las mujeres mayores víctimas de violencia machista que sufren muchas veces una “violencia oculta perpetrada a lo largo de los años y que está socializada y normalizada”.