La neuromodulación, un sistema de emisión de estímulos eléctricos en el sistema nervioso que se emplea en pacientes resistentes a otros tratamientos, puede llegar a reducir el dolor en pacientes crónicos hasta en un 80%, tal y como se expuso en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED).
En el caso de pacientes crónicos, la neuromodulación “consigue mejorar su calidad de vida y funcionalidad, además de reducir el consumo de analgésicos y aliviar la carga asistencial”, destaca el doctor Mariano Fernández Baena, presidente del comité organizador del congreso. Como señala, esta técnica consigue reducir el dolor al menos a la mitad en el 70% de los casos. En el último año sus indicaciones se han ampliado a polineuropatía diabética y dolor pélvico, que se unen a las de dolor neuropático (que afecta a 3 millones de españoles), dolor regional complejo y dolor postquirúrgico.

Hasta ahora este sistema se realizaba solo con intervenciones quirúrgicas, y una de las más innovadoras es la que se llama cirugía del sufrimiento en el dolor neuropático, de la que es pionera la doctora Gloria Villalba, coordinadora del Servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar. Se trata de una estimulación cerebral profunda con electrodos implantados en el cíngulo anterior dorsal.
“Es una parte del cerebro que controla como me condiciona, o como me hace sufrir a mí el dolor que siento. Es decir, este tratamiento no intenta modificar la intensidad del dolor, si no que intenta que no me importe tanto el dolor que percibo, y consecuentemente puede llevar una vida mejor, intentando disfrutar de actividades y de momentos de la vida diaria”, comenta la doctora Villalba. Con esata técnica ya se han intervenido a 35 pacientes en todo el mundo, 7 en el equipo de la doctora Villalba.
En este congreso también se presentaron los resultados de dos técnicas de neuromodulación no invasivas. Una de ellas es la Estimulación Magnética Transcraneal, que ya se utilizaba con éxito en Parkinson, depresión y Alzheimer y que consigue sus mejores resultados en fibromialgia, según el doctor Fernández Baena.
La otra técnica es el uso de ultrasonidos de alta intensidad (HIFU), un procedimiento del que es pionero el doctor Jordi Pérez, jefe de la Clínica del Dolor del Hospital Clínic de Barcelona, quien lideró la primera aplicación en humanos y publicó el estudio inicial sobre este innovador sistema. El HIFU concentra ondas de ecografía en un punto preciso del cuerpo para generar calor y realizar neurolisis sin necesidad de utilizar agujas.
“Sus ventajas son evidentes: provoca menos dolor, elimina el riesgo de infección y evita cualquier tipo de sangrado, algo especialmente relevante en pacientes anticoagulados”, explica el doctor Pérez. Además, al no requerir la penetración de la piel ni un entorno quirúrgico, puede aplicarse en consulta, lo que reduce considerablemente el tiempo y los recursos necesarios.
“Se trata de un tratamiento prometedor, ya aprobado en Europa y Canadá y actualmente en fase de comercialización, que permitirá tratar a más pacientes en menos tiempo”, añade el especialista. En cuanto a su indicación principal, el doctor Pérez destaca que “la más adecuada actualmente es el dolor lumbar de origen degenerativo facetario, una de las causas más comunes de dolor lumbar en personas mayores de 60 años”.
Escasez de fisioterapeutas y psicólogos en las unidades del dolor
Tal y como también se expuso en el XXI Congreso Nacional de la SED, el sistema público presenta una gran carencia de fisioterapeutas y psicólogos, incluso en las unidades del dolor. Tal y como indica el Dr.Fernández Baena, “tenemos prácticamente los mismos recursos que hace 25 años, pero la demanda asistencial se ha multiplicado, por el aumento de la esperanza de vida, de la población y de las demandas de calidad de vida”.
Según estimaciones de la SED, las listas de espera para las unidades del dolor varían entre 1 mes y más de 1 año, dependiendo de los hospitales. Eso supone “una merma importante de la calidad de vida y un gasto sanitario disparado en consumo de opioides, ingresos en urgencias y hospitalizaciones, además de bajas laborales”, añade este experto.