Un artículo de David Roa Arbeteta,
Director de Centro Sanitario y de Servicios Sociales

Son muchos los estudios científicos que han dado valor y rigor a la relación existente entre la práctica de ejercicio físico y la mejora de las capacidades y habilidades cognitivas. Esta realidad nos hace ver la actividad física como una rutina recomendable a integrar en nuestro día a día por sus múltiples beneficios físicos en relación a mejoras producidas en sistemas como el cardiaco, muscular o respiratorio pero también por sus efectos en nuestra capacidad cognitiva.
A los beneficios físicos y cognitivos del ejercicio hay que sumar los psicológicos que se han demostrado eficaces en la lucha contra enfermedades como la depresión o la ansiedad. Es importante recordar que la ejecución de actividad física produce en nuestro organismo una liberación de endorfinas aumentando de manera significativa la sensación de bienestar.

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Practicar ejercicio físico facilita la reducción o control de los síntomas de deterioro cognitivo

La clave que une el ejercicio físico regular con la mejora cognitiva se basa en dos ejes principales: el aumento de las áreas cerebrales que se da con él (hecho demostrado en pruebas de imagen) y el incremento del flujo sanguíneo cerebral provocado por la actividad.
Estos dos principios nos han demostrado una reducción o control muy significativo de los síntomas de deterioro cognitivo especialmente marcado en personas que se enfrentan a un diagnostico precoz o que están en fases iniciales de procesos de demencia y sufren pequeños olvidos, pérdidas de memoria puntuales o problemas de coordinación.
Podemos por tanto concluir que el ejercicio tiene un triple efecto neuronal que beneficia a nuestro cerebro: previendo la aparición de deterioro cognitivo (especialmente el ligado a patología vascular), reduciendo la sintomatología inicial cuando la enfermedad aparece y manteniendo y potenciando las capacidades residuales que el paciente tiene cuando la patología avanza a fases finales de la misma.
Pero tan importante como saber los beneficios del ejercicio es saber qué ejercicios son los indicados para conseguir los resultados anteriormente descritos. Lo primero que debemos hacer antes de iniciar una rutina de ejercicio es acudir a un profesional que nos defina los límites de los mismos y nos planifique una rutina personalizada e individualizada a nuestras circunstancias.
Hay cinco prácticas de ejercicio aeróbico que son recomendables para conseguir una mejora cognitiva directa:

  • Caminar: durante 20 – 30 minutos al día y a un ritmo moderado de velocidad.
  • Hacer bicicleta: aunque no debe ser nuestra primera elección, podemos usar la bicicleta estática si hay riesgo de caída o posibilidad de desorientación fuera del domicilio.
  • Ejercicio en piscina: la actividad en agua nos reporta grandes beneficios a diferentes estructuras como las articulaciones y por supuesto a nivel cerebral.
  • Bailar: los beneficios de esta actividad se asocian también a la necesidad de coordinar la música con los movimientos corporales.
  • Yoga o Pilates: dos métodos de trabajo diferentes pero que adaptados a las circunstancias de los mayores, pueden reportar grandes consecuencias a su salud.

Como conclusión podemos por tanto afirmar que el ejercicio físico debe ser una pata fundamental y eficaz para el tratamiento multidisciplinar del deterioro cognitivo provocado por diversas patologías como la demencia o el Alzheimer.

geriatricarea David Roa ArbetetaSobre el autor: David Roa Arbeteta 

David Roa es un profesional con experiencia superior a los ocho años y experto en el área de la salud, el bienestar y la geriatría. Lidera las áreas de formación e innovación a través del Método Hoffmann y es diplomado en fisioterapia por la URJC de Madrid, terminando su formación sanitaria con el Máster en osteopatía por la EOM y con el Máster en Dirección de Servicios Sociales por ESADE.
Director del pionero centro de rehabilitación Vitalia Ferraz, es formador internacional de equipos sociosanitarios en Brasil, India, Malasia y México, y tutor de fisioterapia en la URJC de Madrid. Creador de protocolos y programas de rehabilitación física en el área del senior y mayor, colaboradora en diversos medios con artículos orientados al adulto mayor.