Un sueño de calidad es una necesidad imprescindible para el bienestar y la salud de las personas, sobre todo en la población mayor. No obstante, cerca de la mitad de las personas mayores de 65 años sufren trastornos del sueño, lo que afecta su calidad de vida.

De acuerdo con la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), entre el 30% y el 60% de las personas mayores de 65 años sufren algún tipo de trastorno del sueño, siendo los más habituales el insomnio, el síndrome de apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y las alteraciones del ritmo circadiano.

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Entre el 30% y el 60% de las personas mayores de 65 años sufren algún tipo de trastorno del sueño

Estos desarreglos pueden ver afectar a la calidad de vida y aparecen, generalmente, por enfermedades crónicas, cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, consumo de medicamentos y factores ambientales.

Como explica David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, “los desórdenes del sueño en la población mayor deben ser descubiertos de manera precoz por cuidadores o familiares. De lo contrario, problemas de salud general como el dolor crónico, la incontinencia nocturna, las caídas o problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión podrán aparecer más fácilmente. Por lo tanto, es importante prestar atención a este tema y tomar medidas con el objetivo de mejorar su calidad del sueño”.

En este sentido, los expertos de Sanitas Mayores proponen una serie de recomendaciones que pueden ayudar a prevenir problemas de sueño en la población mayor:

  • Establecer una rutina de sueño
    Mantener un horario regular de sueño, acostándose y despertándose a la misma hora cada día, incluso los fines de semana es esencial para instaurar un patrón de sueño regular.
  • Eludir la siesta
    Dormir de manera prolongada a lo largo del día provocará que los mayores tengan mayor dificultad para dormir durante la noche, especialmente las horas próximas a acostarse, por eso la siesta no es un hábito aconsejable.
  • Evitar sustancias estimulantes
    Consumir elementos como la cafeína o la nicotina, las cuales causan excitación, euforia o aumento del pulso cardiaco no son nada recomendables para crear una rutina del sueño óptima.
  • Mejorar el ambiente de sueño
    Una cama cómoda acompañada de una almohada adecuada en una habitación fresca y oscura es clave para garantizar una mejor conciliación del sueño.
  • Realizar actividades físicas
    Hacer ejercicio mínimo tres veces a la semana durante al menos 30 minutos al día permite gastar gran cantidad de energía, lo cual ayuda a llegar a la cama con mayor cansancio y ganas de descansar.

No obstante, en ocasiones estas medidas preventivas no son suficientes y la persona puede necesitar tratamiento médico, siempre bajo prescripción médica y muy limitado en el tiempo por la dependencia y el síndrome de retirada que puede producir, indican desde Sanitas Mayores.