Un artículo de Cristina Patón,
directora de la Residencia, Centro de Día y Casal La Trinitat (Fundació Vella Terra)

Las tecnologías siempre han sido una asignatura pendiente en el ámbito de la tercera edad. Uno de los efectos derivados de la pandemia ha sido el aumento progresivo del uso de las tecnologías para facilitar la comunicación y mejorar el bienestar de la gente mayor, tanto a nivel particular como en centros residenciales. Y está claro que su uso ha llegado para quedarse.

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Aunque utilicemos la tecnología, debemos evitar la deshumanización. El contacto físico entre personas es también vital para que la tecnología nos ayude

La mejora de la salud y el estado emocional de las personas usuarias es uno de los principales objetivos en las residencias, por lo tanto, es básico buscar alternativas para mejorarlos. En este sentido, las tecnologías nos han ayudado a poder comunicar a las personas usuarias con sus familiares, a estimularlos cognitivamente, a hacerlos llegar, virtualmente, a lugares que no imaginaban descubrir nunca o incluso regresando a sus pueblos para ver los cambios producidos, con evocación de historias de vida de las que hacen partícipes a sus compañeros de núcleo de convivencia. Todo en un conjunto de actividades a las que las personas con gran deterioro cognitivo reaccionan muy positivamente.

Por otro lado, la tecnología, nos ayuda a mejorar procesos en los centros, para ser más ágiles, pudiendo así dedicar más tiempo de atención a las personas usuarias. El vínculo con Sanidad es también más fuerte que antes, gracias a un trabajo conjunto que permite compartir, a través del programa informático de ICS, los informes e historiales, para poder mejorar la atención sanitaria.

Actualmente, hay hechos que se continúan realizando igual que en pandemia, ya que se ha valorado y se ha comprobado que es beneficioso para ellos y sus familias. Por ejemplo: se realizan videollamadas con aquellas familias que, por problemas de salud no pueden desplazarse o viven en otras comunidades o ciudades.

De esta manera, la relación entre ellos es mucho más fluida, sobre todo para las personas usuarias o familiares que, dentro de su plan de atención y vida, han verbalizado tener mayor contacto con sus seres queridos. En algunas ocasiones, ha mejorado su relación o ha potenciado que tengan más visitas en el centro.

Todavía queda mucho para poder mejorar el acceso a la tecnología por parte de la gente mayor, pero se están haciendo muchos progresos en múltiples áreas que seguramente facilitarán aún más su día a día. Sin embargo, aunque utilicemos la tecnología, debemos evitar la deshumanización. El contacto físico entre personas es también vital para que la tecnología nos ayude.