Un artículo de la Dra. Sacramento Pinazo-Hernandis,
Universidad de Valencia. Coordinadora científico-técnica del Programa Viernes (Cantabria),
programa de prevención del aislamiento social y la soledad no deseada en zonas rurales de Campoo-Los Valles

La soledad no es una pandemia ni una epidemia; la soledad, eso sí, es uno de los desafíos más importantes de las sociedades desarrolladas, y con la Covid-19, aún ha cobrado mayor importancia en todo el mundo, en el territorio español y en las comunidades rurales de Cantabria.

El programa Viernes ante la soledad no deseada es el primer programa de soledad del mundo rural que se realiza en Cantabria. En 2021 comenzaron las primeras reuniones para la puesta en marcha del programa. Viernes es un programa para la prevención de la soledad no deseada y el aislamiento social promovido por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad del Gobierno de Cantabria en la comarca Campoo Los Valles que se pone en marcha a través de la Asociación de Desarrollo Territorial Campoo Los Valles en colaboración con la Red Cántabra de Desarrollo Rural.

Forma parte de los subproyectos de la componente 22 “Economía de los cuidados y refuerzo de las políticas de igualdad e inclusión social” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a desarrollar por la comunidad autónoma de Cantabria y cuenta con la financiación de los fondos Next Generation. Es un proyecto que nace con la idea de ser replicado (con sus necesarias adaptaciones) en otras zonas de Cantabria.

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El programa Viernes ante la soledad no deseada es el primer programa de soledad del mundo rural que se realiza en Cantabria

El programa Viernes se desarrolla de manera piloto en el territorio de acción de la Asociación de Desarrollo Territorial Campoo Los Valles, en los municipios de Anievas, Arenas de Iguña, Bárcena de Pie de Concha, Campoo de Yuso, Cieza, Campoo de Enmedio, Hermandad de Campoo de Suso, Las Rozas de Valdearroyo, Molledo, Pesquera, Reinosa, San Miguel de Aguayo, Santiurde de Reinosa, Valdeolea, Valdeprado del Río y Valderredible. Uno de los pilares básicos del programa Viernes es la ruralidad, porque a diferencia de otros proyectos, nos centramos en el ámbito rural con sus características que lo determinan en municipios en riesgo de despoblación.

La coordinación técnica es realizada por mi, desde la Universidad de Valencia y con el apoyo de Fernando Fantova, consultor social; y el trabajo cotidiano en los diferentes proyectos y acciones lo realiza un equipo de profesionales de diferentes disciplinas como psicología, trabajo social, educación social y geografía, justamente para poder aportar diferentes miradas. Y con profesionalidad, otro de los pilares, porque las iniciativas sociales deben ser guiadas desde el conocimiento teórico, técnico y científico.

No conocemos estudios sobre la soledad realizados en España en el ámbito rural, y ningún estudio ha evaluado la soledad de la población general en Cantabria, pero intuimos que las características de los territorios rurales, la orografía, el clima, la falta de transporte en general o de transporte adaptado, o la despoblación, deben ser razones que podrían llevar a una vivencia de la soledad diferente en el ámbito rural.

La evidencia que tenemos sobre qué es lo que funciona en las intervenciones ante la soledad es limitada y además, siempre, siempre, en la acción comunitaria debemos de huir de recetas pues lo que podría ser eficaz en un lugar determinado puede no serlo en otro territorio.  Por ello, hay que construir con la comunidad y para cada caso, la mejor intervención.

Reconocemos que la soledad: no se elige voluntariamente, por lo que la persona no percibe control sobre la situación; se relaciona con tener una red deficiente que genera sentimientos desagradables en la persona; es un problema social y de salud, y además, es un problema político; se entiende desde la experiencia individual y la influencia cultural que ejerce el entorno en su desarrollo.

Y finalmente, es importante tener en cuenta es que la soledad no tiene edad. La soledad es una experiencia individual y subjetiva que puede ocurrir en cualquier etapa del ciclo vital. Las personas pueden vivir diferentes experiencias de soledad a lo largo de la vida y pueden afrontarlas de distinto modo, por lo que también les afectarán de distinta manera.

La mirada a la soledad debe hacerse de un modo multidimensional, pues la soledad se asocia a aspectos de la personalidad, la interacción social y las habilidades sociales, pero también se relaciona con las pérdidas y los momentos de transición y los modos de afrontarlas. Y además, a menudo se relaciona con otras situaciones de vulnerabilidad que viven las personas al final de sus vidas o a lo largo del ciclo vital: discriminación, exclusión, pobreza, dependencia y problemas de salud.

Definir qué es la soledad no es tarea nada fácil, de hecho, este término sigue confundiéndose a menudo con otros conceptos que no son lo mismo. Por ejemplo: no es lo mismo estar solo que sentirse solo, y no es lo mismo soledad que aislamiento social. Y además las acciones que se realicen deberán estar coordinadas con los agentes (administraciones públicas, sector privado, comunidad y voluntariado/tercer sector).

Personalización y flexibilidad, son dos factores clave en el proyecto porque la soledad tiene diversidad de formas de manifestarse, causas, perfiles y formas de afrontamiento. Y hay que tener una mirada de género, al analizar los datos y al implementar acciones, pues hay variables que les afectan y discriminan a lo largo de la vida. Otro pilar básico del programa Viernes es la comunidad, porque se trata de crear comunidad y reforzar los vínculos de apoyo en cada territorio.

Primera fase: Diagnóstico

Como todo programa de intervención en el ámbito comunitario, el programa Viernes comenzó con un diagnóstico. La fase de diagnóstico es fundamental para conocer la realidad de cada territorio.

Se ha comenzado entrevistando a 181 personas mayores de 65 años en el propio domicilio, personas que viven en su casa, y en cada uno de los 16 municipios en los cuales se desarrolla el programa Viernes y además se ha entrevistado a 27 personas de las residencias de Campoo Los Valles, sin deterioro cognitivo ni sensorial que impidiesen realizar una entrevista. Todas las personas han respondido a un cuestionario y las entrevistas se han grabado y transcrito para su análisis cualitativo en profundidad.

En la fase de diagnóstico del Programa Viernes se han evaluado características de la red social, y hemos tenido en cuenta la presencia o ausencia de relaciones de intimidad recíprocas y de contacto con familiares, amigos, vecinos, y conocidos. Pero como además de la existencia de relaciones sociales, es importante la calidad de la relación, hemos considerado las relaciones que implican reciprocidad en el afecto, pues son las de mayor calidad y las que más protegen contra la soledad.

Otras variables situacionales o contextuales, es decir, las relacionadas con la persona y el entorno en el que vive, también han sido tenidas en cuenta en esta fase de diagnóstico.

Pero además de todo esto, y como la soledad tiene un componente objetivo (que se puede evaluar y ver desde fuera) y otro subjetivo (cómo percibe la persona que son las relaciones que tiene) también se ha realizado una evaluación de la percepción de la red social, referida a la satisfacción que la persona siente con sus relaciones sociales.

Así, hablamos de soledades, en plural, y no de una única soledad, y por esta razón, el abordaje de la soledad debe ser múltiple, comunitario y participativo. Y también así deberán ser las intervenciones que se realicen.

Segunda fase: Prevención e Intervención

Los resultados del diagnóstico nos permitieron conocer las diferentes vivencias de soledad y desterrar algunas ideas previas. Con ello, hemos podido poner en marcha diferentes programas en 2022 y 2023, todos ello buscando la participación, que es otro de los pilares del programa, promoviendo el reconocimiento y sentimiento de pertenencia de las personas como ciudadanos y ciudadanos protagonistas en la construcción de la sociedad en la que viven.

Algunos de los proyectos llevados cabo son, entre otros:

  • actividades comunitarias de ocio dirigidas a toda la población de un municipio o a segmentos poblacionales con mayor riesgo de encontrarse situación de soledad.
  • fomento de las redes de apoyo mutuo y de ayuda (redes de proximidad en las comunidades).
  • promoción de experiencias de convivencia intergeneracional.
  • campañas de sensibilización dirigidas a desestigmatizar a la soledad y a las personas en aislamiento relacional.

Por supuesto, todas las acciones han sido documentadas y registradas para poder hacer la evaluación del proyecto, pues la evaluabilidad es otro de los pilares fundamentales en el programa, que permitirá poner en marcha proyectos piloto que podrán ser generalizados por su calidad de impacto, si son efectivos y costo-eficaces.

Como decíamos al inicio, sin un buen análisis como fase primera de un programa, no es posible diseñar buenos programas comunitarios y sin una evaluación, no podremos decir, honestamente, que un programa ha tenido éxito y sirve para lo que se diseñó.

Seguimos avanzando en la evaluación y pronto podremos compartir más cosas sobre este interesante programa.