Para las personas con Alzheimer y sus cuidadores las reuniones familiares y los cambios de rutina que suponen las fiestas navideñas pueden llegar a suponer momentos difíciles y dolorosos, ya que los enfermos se pueden sentir desorientados y el hecho de compartir mesa y conversación con más gente puede generar preocupación en sus cuidadores.
Para tratar de que tanto las personas cuidadoras, el resto de los familiares y los propios pacientes de Alzheimer puedan disfrutar de la Navidad, la Fundación Pasqual Maragall recuerda una serie de consejos para ayudar a pasar estos días festivos de la manera más armoniosa posible y así procurar el bienestar de todos.
Y es que, tal y como señala la Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga experta en formación y divulgación de la Fundación Pasqual Maragall, «en estas fechas en las que la rutina se ve interrumpida, las personas con Alzheimer pueden sentirse más desorientadas de lo habitual. Cuidar a alguien con la enfermedad requiere comprensión, paciencia y apoyo constante. Por eso, es fundamental tener presentes tanto las necesidades de las personas con Alzheimer, como las de quienes las cuidan, con especial énfasis, si cabe, en estos días particulares«.
Desde la Fundación Pasqual Maragall ofrecen los siguientes consejos para disfrutar las fiestas:
- Informar a toda la familia, también a los más jóvenes, del estado de la persona afectada
En muchas ocasiones, no todos los miembros de la familia conocen el estado real de la persona con Alzheimer y es crucial informarles y brindar pautas básicas para que actúen con ella de manera natural y sin temor. Esto incluye involucrar a los más jóvenes, adaptando el mensaje a cada edad, para facilitar una comprensión completa y una interacción respetuosa.
- Colaborar para que la persona cuidadora descanse
Es esencial tener en cuenta la situación de la persona cuidadora. De hecho, según apunta la Dra. Gramunt, «el Alzheimer es una enfermedad con un fuerte impacto en la estructura familiar, ya que en el 80% de los casos, el rol de persona cuidadora principal recae en un miembro de la familia, quien asume una media de 70 horas semanales de dedicación».
En este contexto, es recomendable que el resto de los familiares colaboren en los preparativos y compartan la responsabilidad de los cuidados durante estas reuniones, permitiendo así que todos puedan disfrutar de las festividades.
- Involucrar a la persona con Alzheimer en las tradiciones familiares
Se aconseja mantener las tradiciones familiares e involucrar a la persona con Alzheimer en ellas, siempre y cuando no le genere malestar o frustración, y adaptando su participación al grado de afectación que presente. Por ejemplo, puede colaborar en los preparativos de las comidas, en la creación o colocación de elementos decorativos, cantar o escuchar villancicos.
Este tipo de actividades pueden favorecer la recuperación de recuerdos y emociones positivas, pero también negativas o que induzcan a la melancolía, en cuyo caso es recomendable acompañar afectuosamente a la persona y tratar de cambiar de actividad por otra que la pueda animar.
- Respetar la rutina es esencial
Aunque en estas fechas festivas es común empezar las comidas más tarde y prolongar las sobremesas, es básico mantener ciertos hábitos de la persona con Alzheimer. Por ejemplo, procurar que los elementos estructurales del día a día se mantengan en su orden habitual: la secuencia de levantarse, desayunar, higiene, vestirse… También es importante tratar de respetar el descanso que precise y es necesario disponer de un espacio tranquilo para que pueda hacer la siesta o relajarse si se siente confusa o abrumada.
En cuanto a los menús, hay que tener en cuenta las posibles dificultades de la persona con Alzheimer, tanto por el manejo de los cubiertos, como de identificar alimentos o preparaciones no habituales, por disminución de apetito o, por el contrario, de dificultades para percibir las señales de saciedad. Por ello, se aconseja supervisar lo que come, pero con la suficiente flexibilidad como para permitir que disfrute de las comidas en estas fechas.
- Los niños son un estímulo positivo
En estas fechas es habitual una reunión amplia de la familia, incluyendo a los niños, si los hay. Éstos pueden ser un estímulo positivo para la persona con Alzheimer y una oportunidad para fomentar su relación. Sin embargo, es necesario regular esta interacción, ya que la energía de los más jóvenes podría abrumar o cansar en exceso a la persona con Alzheimer. En este sentido, los adultos deben colaborar, informarles de la situación para favorecer una mejor interacción y la comprensión de sus dificultades, y también estar presentes para intervenir si es necesario.
- Mantener la calma y disfrutar de la familia
En algunas ocasiones, las personas que padecen Alzheimer pueden comportarse de manera socialmente inapropiada, lo cual puede resultar desconcertante. Ante este tipo de situaciones es crucial entender que no somos responsables de su comportamiento y actuar distrayendo a la persona afectada redirigiendo su atención hacia otras actividades, conversaciones o estímulos. Por último, es fundamental restar importancia a la situación y retomar la normalidad.
- Evitar confrontaciones durante las comidas familiares
Es importante tener en cuenta que la persona con Alzheimer puede no recordar posteriormente los detalles de la discusión, pero sí puede sentir las emociones negativas que se experimentaron durante ese momento. Así pues, lo ideal es procurar evitar que se produzcan este tipo de situaciones o tratar de reconducirlas.
«Sabemos que no hay una fórmula infalible y que cada situación familiar es única, pero estos consejos pretenden ser una orientación para facilitar un ambiente propicio para que tanto la persona con Alzheimer como quienes cuidan de ella puedan relajarse y disfrutar de unas navidades en familia«, destaca la Dra. Gramunt.