Casi una de cada tres personas hospitalizadas (el 30,8%) tiene un trastorno de deglución, lo que supone un aumento del 40% de la estancia hospitalaria y del gasto sanitario global. Además, solo el 2,4% de los pacientes están diagnosticados, tal y como advierte la Dra. Paola Díaz Borrego, médica rehabilitadora y presidenta de la Sociedad de Rehabilitación Foniátrica (SOREFON), filial de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).

Además, esta experta señala que los pacientes con trastorno de deglución que presentan disfagia al alta hospitalaria tienen aproximadamente cuatro veces más probabilidades de ser reingresados dentro de los 30 días posteriores y trece veces más de riesgo de mortalidad intrahospitalaria.

Por ello, los pacientes donde hubiese una sospecha de disfagia orofaríngea deberían ser derivados a unidades específicas para ser atendidos por profesionales especializados. En dichas unidades se realizan pruebas específicas que confirman el diagnóstico y permiten implementar el tratamiento más idóneo e individualizado.

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La disfagia es un trastorno de la deglución que puede afectar a la persona a cualquier edad, desde el nacimiento hasta edades avanzadas

La Dra. Díaz Borrego describe que la disfagia es la dificultad para tragar, ya sean alimentos sólidos y/o líquidos como el agua, pastillas e incluso la propia saliva. La disfagia es un trastorno que puede afectar a la persona a cualquier edad, desde el nacimiento hasta edades avanzadas. Los problemas deglutorios son frecuentes en determinadas patologías y puede afectar a cualquier edad.

Las complicaciones de los problemas deglutorios pueden ser desde leves, como dejar de comer determinados alimentos que nos cuestan más masticar o empujar en la boca, hasta otros más graves como deshidratación, desnutrición, neumonías aspirativas o insuficiencia respiratorias que puedan llevar a la muerte por asfixia.

En este contexto, la especialista señala que «existen sistemas de cribado fáciles de administrar y que se pueden hacer tanto en la consulta del médico de atención primaria, como en centros residenciales de mayores o por cualquier médico especialista y/o enfermería en una atención de rutina ambulatoria, así como, durante los ingresos hospitalarios».

La experta de SERMEF recuerda que «ante cualquier dificultad para tragar, tanto líquidos como sólidos, debemos de consultar con nuestro especialista más cercano. La presencia de tos habitual cuando bebemos agua, o cuando comemos alimentos de doble textura como las naranjas, sandia o sopa de fideos no es normal. Así como la sensación de que la comida no la podemos empujar en la boca y se queda parada en la garganta o la dificultad para masticar».

«El médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación tiene un papel, tanto en la primera línea de atención, mediante la detección precoz de dicho trastorno en estos pacientes, así como un papel central en el diagnóstico y tratamiento de la disfagia orofaríngea a través de Unidades específicas en Disfagia que cada vez son más habituales en los Servicios de Rehabilitación. El objetivo de nuestra atención siempre será que el paciente alcance una deglución segura y eficaz que permita una nutrición adecuada sin complicaciones y con la mayor calidad posible», describe la Dra. Díaz Borrego.

«Los trastornos de la deglución generan una discapacidad que debe de ser manejada por el equipo rehabilitador de forma precoz y orientada a recuperar y/o habilitar la capacidad de alimentación de forma segura y eficaz. El abordaje inter y multidisciplinar de la disfagia reduce las complicaciones, la morbilidad y la mortalidad, el gasto sanitario y mejora la calidad de vida de los pacientes a nivel bio-psico-social», agrega.

«Por todo ello, los médicos rehabilitadores subrayamos la necesidad de potenciar (seguir creando y extendiendo) las Unidades de Disfagia en los Servicios de Rehabilitación para mejorar el cribado de la disfagia Orofaringea, mayor comunicación y coordinación entre los profesionales que se dedican a la deglución», concluye la médica rehabilitadora de la SERMEF.

La prevalencia de la disfagia se estima entre el 2% y el 16% de la población

En España unos dos millones de personas sufren disfagia, que es la dificultad para tragar, ya sean alimentos sólidos y/o líquidos como el agua, pastillas e incluso la propia saliva. Afecta a más de 40 millones de personas en Europa. Su prevalencia se estima entre el 2% y el 16% de la población, e incluso se ha podido observar que cerca del 90% de la población que sufre este trastorno no está ni diagnosticada ni correctamente tratada.

La disfagia es especialmente importante por sus consecuencias, como pueden ser los problemas de deshidratación, desnutrición, complicaciones infecciosas respiratorias e incluso episodios de asfixia y muerte.