Un artículo de Accent Social
Si bien las relaciones afectivas son imprescindibles en cualquier momento de la etapa vital de una persona, la conexión social en la tercera edad es fundamental por los beneficios que comporta tanto en la salud física, como emocional.
No obstante, existen algunos obstáculos que pueden dificultar estas relaciones con el paso de los años, dañando el bienestar emocional de las personas mayores:
- Dependencia. Necesidad de acompañamiento para realizar las actividades de la vida diaria.
- Soledad no deseada y pérdida de seres queridos. El fallecimiento de amigos y familiares cercanos puede hacer que las personas mayores experimenten soledad no deseada debido a la carencia de una red de apoyo.
- Limitaciones en la movilidad. Limitación en el movimiento físico e imposibilidad para desplazarse autónomamente a otros lugares.
Por todo ello, es esencial abordar este problema y reconocer la importancia de las relaciones sociales en esta etapa vital. Por ello, desde Accent Social ponemos énfasis, en cada uno de los servicios que gestionamos, en reforzar las relaciones sociales y fomentar la interacción social.
- Servicio de Atención Domiciliaria (SAD)
Los Servicios de Atención Domiciliaria proporcionan a las personas mayores cuidados personalizados en la comodidad de su hogar, pero a su vez, facilitan la interacción social con el equipo de profesionales y también con el entorno comunitario, por ejemplo, a través de los paseos diarios. - Centros de Día
Los centros de día ofrecen un entorno en el que las personas mayores pueden participar en actividades tanto lúdicas, como sociales o terapéuticas. Además, favorecen la construcción de relaciones cercanas con personas de su misma edad. - Viviendas con servicios
Se trata de un modelo de vivienda en el que las personas, pese a vivir autónomamente en sus propios domicilios, cuentan con una serie de servicios como teleasistencia o acompañamiento de una trabajadora familiar, entre otros. Estos edificios también disponen de diferentes espacios comunitarios en los que compartir tiempo y actividades con otros residentes. - Residencias
También los centros residenciales permiten crear nuevos vínculos sociales entre residentes, así como con el propio equipo de profesionales. Las actividades diarias, el acompañamiento continuo y la estimulación tanto física, como cognitiva, permiten a las personas sentirse activas y acompañadas en todo momento, a la vez que reciben pautas para mejorar y reforzar su autonomía.
Beneficios que comportan los lazos sociales
Así pues, tal y como destaca Susana Zafra, psicóloga de Accent Social “es esencial promover la participación en actividades que sean significativas para las personas, así como su relación con el entorno. De esta forma, se generan vínculos y experiencias gratificantes que contribuyen a eliminar el sentimiento de incapacidad que, en ocasiones, pueden experimentar las personas mayores”.
Todos estos lazos sociales permiten reforzar la sensación de confort de las personas mayores y comportan múltiples beneficios, como la reducción del estrés y la ansiedad, el aumento de la autoestima y, por consiguiente, el aumento de la felicidad, gracias a la posibilidad de compartir experiencias positivas y emociones con personas de confianza.