Las personas cuidadoras de pacientes con Alzheimer tienen un mayor riesgo de sufrir depresión al experimentar niveles altos de ansiedad y estrés, tal y como advierte la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) en base a los datos aportados por numerosos estudios.

Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, que se conmemora cada 13 de enero, desde CEAFA se quiere sensibilizar y concienciar sobre esta patología que afecta aproximadamente a 2,1 millones de personas en España y 280 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

geriatruicarea Enfermedad de Alzheimer
Las personas cuidadoras de pacientes con Alzheimer tienen un mayor riesgo de sufrir depresión por sus altos niveles de ansiedad y estrés

Y es que, como advierten desde CEAFA, “a menudo, el impacto que supone la comunicación del diagnóstico en la unidad familiar requiere de un proceso de ajuste progresivo y constante. En esta evolución, es habitual la aparición de emociones como miedo, estrés, enfado o ansiedad en el entorno más cercano”.

La salud emocional y su desgaste es una de las grandes preocupaciones de la sociedad en la que cuatro de cada diez personas en España valoran de forma negativa su salud mental. El bienestar emocional de una persona está estrechamente relacionado con las circunstancias que la rodean y las situaciones que atraviesa.

En este sentido, “a medida que la enfermedad de Alzheimer avanza, las personas cuidadoras deben adaptarse a cambios tanto del paciente como de las habilidades que se requieren para cuidarlo, lo que afecta significativamente a su estilo de vida, no siendo extraño que sufran un alto nivel de tensión, apunta la entidad.

Impacto en los hijos ante un diagnóstico en edad temprana

En la relación del Alzheimer y la depresión también hay que tener en cuenta el impacto de la noticia en los hijos cuando el diagnóstico se produce en edad temprana. Con frecuencia, la negación suele ser la principal reacción, pero tras ella llegan emociones nuevas como tristeza, frustración o ansiedad; además de cambios en la relación familiar y sus dinámicas a medida que la enfermedad avanza, tales como:

  • Reducción del tiempo personal y dedicación al cuidado
  • Aumento de la responsabilidad en el cuidado
  • Preocupación por la posibilidad de riesgo genético
  • Presión financiera en la familia

Para sobrellevar todo ello, el apoyo psicológico es clave. “Los profesionales de la psicología son un pilar fundamental en el que los familiares de los pacientes pueden apoyarse durante el proceso de adaptación y en el avance personal ante el desarrollo de la enfermedad de un modo adecuado y gestionando un progreso individual” indica CEAFA.

Dedicar tiempo a cuidarse, tanto física como psicológicamente

Por otra parte, es frecuente que los cuidados duren años y los síntomas de la demencia empeoren, por lo que las personas que cuidan tienen riesgo de sufrir una depresión sostenida durante un largo período, teniendo un impacto directo en el cuidado que dan. Por ello CEAFA recalca la importancia de dedicar tiempo a cuidarse, tanto física como psicológicamente, ya que cuidar bien de uno mismo es crucial para el bienestar y la capacidad para cuidar de los demás. Además, es importante aceptar ayuda en momentos complicados; establecer límites y hacerlos respetar; y crear una red de ayuda personal.

Por último, desde CEAFA reivindican la necesidad de que se implemente la estrategia de salud mental y se dote de más profesionales que puedan atender a las personas afectadas. Además, recuerdan que las asociaciones de Familiares de personas con Alzheimer desempeñan un papel esencial en el abordaje integral del Alzheimer y otras demencias a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. Su labor comienza en el momento del diagnóstico y continúa a lo largo de la vida del paciente junto a la familia afectada.