España es el cuarto país europeo con más personas mayores. Actualmente, el 20,1% de los españoles tiene más de 65 años y se espera que esta proporción aumente en los próximos 20 años, cuando los integrantes del baby boom vayan alcanzando esa edad, tal y como se destaca en el informe «Envejecimiento y bienestar 2023. Una radiografía de las personas mayores», elaborado por la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados (Oficina C).

Este estudio resalta que la longevidad es un logro y una oportunidad, pero también es un reto. A nivel personal, con el envejecimiento los mayores se enfrentan a dificultades como la pérdida de la autonomía personal, la soledad no deseada o la brecha digital.

Para la sociedad también supone un desafío, ya que el envejecimiento conlleva un aumento de las pensiones de jubilación y un mayor uso de los sistemas sanitarios y los servicios sociales, cuyas debilidades evidenció la reciente pandemia. La meta no es solo vivir más años, sino hacerlo con salud y bienestar.

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El envejecimiento es un proceso multidimensional en el que influye tanto la salud y el mantenimiento de la autonomía como factores sociales y psicológicos

En este informe se describen los factores que influyen en el envejecimiento y cómo puede adaptarse el sistema de salud, el de pensiones y los cuidados de larga duración para hacer frente al reto demográfico según la comunidad experta.

Entre las principales ideas que se desprenden del estudio de Oficina C mismo se destaca:

• Más del 20% de los españoles tiene más de 65 años y se espera que esta proporción aumente en los próximos 20 años. Esta población es muy heterogénea y comprende varias generaciones con necesidades diferentes y cambiantes.

• El envejecimiento es un proceso multidimensional en el que influye tanto la salud y el mantenimiento de la autonomía como factores sociales y psicológicos. Se considera que el envejecimiento saludable y activo es la vía para fomentar la salud y calidad de vida de las personas mayores.
Distintos factores biológicos y psicosociales facilitan o entorpecen este proceso. Por ejemplo, las personas mayores son uno de los grupos más vulnerables a la soledad no deseada, están en riesgo de sufrir discriminación por edad y algunas tienen dificultades de acceso a la tecnología.

• La investigación biológica, clínica y social está siendo fundamental para comprender cómo envejece cada individuo y se espera que contribuyan a que se vivan más años con bienestar y salud. En la esperanza de vida en buena salud influyen factores como el género y otros socioeconómicos como el nivel educativo, el tipo de trabajo o el entorno.

• Los hábitos saludables y la prevención y tratamiento de la fragilidad son claves para prevenir enfermedades crónicas y discapacidad. Los estudios de la Comisión Europea destacan que no es el envejecimiento de la población el principal responsable del aumento del gasto, sino los años de vida en mala salud y con deterioro funcional. Así, el incremento del coste sanitario en España puede reducirse prácticamente a la mitad si los años ganados se pasan en buena salud.

• Los cuidados remunerados y no remunerados de personas mayores dependientes siguen recayendo principalmente en las mujeres.

• Es habitual que la atención domiciliaria la provean trabajadoras migrantes sin formación para el cuidado. Se prevé que el cuidado se complejice y aumente la demanda de personal formado. Uno de los obstáculos para el desarrollo de empleos en el sector es la provisión de servicios no declarados, situación común en España y otros países que puede llevar a abusos y precarización. El sector profesionalizado de los cuidados tiene dificultad para atraer personal y retenerlo.

• La pandemia de COVID-19 evidenció las carencias del sistema de cuidados y la necesidad de transformación del modelo siguiendo el enfoque de atención integral centrada en la persona. Uno de los objetivos es que las personas obtengan apoyos en su entorno habitual y puedan vivir más tiempo en su domicilio. Cuando la dependencia aumenta y el cuidado se hace más complejo, las residencias y otros modelos de convivencia colectiva son una alternativa.

• En España, el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia asigna servicios y prestaciones tras identificar el grado de dependencia del solicitante. Aunque su presupuesto ha aumentado considerablemente en los últimos años, la comunidad experta indica que debe incrementarse significativamente para acercarse a la media europea. También sugieren simplificar su gobernanza, acortar los tiempos para obtener prestaciones y servicios, y eliminar las desigualdades entre comunidades autónomas.

Las personas interesadas pueden destacar aquí el informe «Envejecimiento y bienestar 2023. Una radiografía de las personas mayores», elaborado por Oficina C.