Es frecuente que durante las primeras semanas de la primavera muchas personas sufran astenia primaveral, una sensación pasajera y subjetiva de cansancio físico y mental. Aunque no esté considerada como una enfermedad, sus síntomas se pueden intensificar en el caso de las personas mayores, sobre todo en aquellas aquejadas de deterioro cognitivo, advierten desde la compañía DomusVi.

Los síntomas de la astenia primaveral, derivados de los cambios de temperatura, el cambio de horario y las consiguientes variaciones de hábitos de vida, son múltiples: cansancio, dificultades para conciliar el sueño, baja energía, irritabilidad, migrañas o ansiedad.

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Los síntomas de la astenia primaveral se pueden intensificar en el caso de las personas mayores

Los profesionales de DomusVi inciden en los beneficios de hacer frente a estos cuadros en entornos seguros y supervisados, como las residencias o los centros de día. En este sentido, Benjamín Bartolomé Castro, coordinador del Departamento Asistencial de DomusVi, señala que «vivir en un centro para el bienestar y el cuidado de las personas mayores favorece el apoyo emocional y social para abordar los efectos de la astenia primaveral, pues hay mayor participación en actividades físicas y terapéuticas».

Y es que «las personas que viven solas tienen riesgo de experimentar los síntomas de forma más aguda y empeorar su sensación de aislamiento social e incluso de depresión, pues la astenia primaveral está muy relacionada con el estilo de vida y con factores psicológicos, emocionales y sociales», advierte.

Los expertos de DomusVi destacan la importancia de una buena alimentación para ayudar a mitigar los efectos de la astenia primaveral. «La dieta puede mitigar los síntomas de debilidad y fatiga muscular. En este sentido, los alimentos más recomendados son aquellos ricos en hierro y vitamina C como carne magra, pescado, espinacas y cítricos, así como los antioxidantes contenidos en frutas y verduras. Por otro lado, es importante limitar en la medida de lo posible el consumo en azúcares refinados y, por supuesto, alcohol«, explica Bartolomé.

El ejercicio físico es otro de los aspectos que los profesionales de la compañía ponen en valor. «Actividades como realizar caminatas, ejercicios aeróbicos acuáticos o yoga contribuyen a mejorar la calidad de vida y pueden ayudar a paliar los efectos de la astenia primaveral en nuestros usuarios«.

Por último, aunque no menos importante, está el abordaje terapéutico de los efectos derivados del cambio de estación. «A este nivel contamos con un amplio abanico de posibilidades, que van desde la exposición a la luz solar, para mejorar el estado de ánimo y la energía, hasta sesiones de aromaterapia y musicoterapia, que reducen el estrés y pueden mejorar las capacidades cognitivas de nuestros residentes. Y no faltan innovadoras soluciones tecnológicas como las mascotas robotizadas o nuestra cabina de hidromasaje, que ayudan a reducir niveles de estrés«, añade el coordinador del Departamento Asistencial de DomusVi.