El 80% de los cuidadores no son profesionales y necesitan a diario instrucción de los profesionales del cuidado del mayor. Por este motivo, desde STIMA consideran imprescindible compaginar los cuidados de las personas mayores en su propio domicilio y la asistencia a un centro de día. Esto será beneficioso para aumentar la autonomía y calidad de vida de la persona mayor y del cuidador.

En la actualidad, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el 80% de los cuidadores no son profesionales, pero deben enfrentarse a diario a situaciones que requieren del apoyo e instrucción de los profesionales del cuidado del mayor. Por ello, STIMA destaca la importancia de compaginar los cuidados de la persona mayor en el domicilio con un centro de día en el que la persona mayor reciba las terapias adecuadas destinadas a aumentar su autonomía y por lo tanto su calidad de vida.

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Combinar del cuidado domiciliario con la estimulación en un centro de día es la mejor fórmula para conseguir que la persona mayor se mantenga más tiempo en casa

En palabras de Patricia del Barco, Directora de Operaciones de STIMA “es absolutamente imprescindible el apoyo al cuidador por parte del centro de día. Si un mayor necesita ayuda, normalmente suele ser porque presenta algún tipo de déficit funcional; por lo tanto, eso implica que necesita rehabilitación y/o estimulación de algún tipo llevada por el equipo de profesionales conveniente”. Para esta experta la combinación del cuidado a domicilio con la estimulación en un centro de día es la mejor fórmula para conseguir que la persona mayor se mantenga más tiempo en casa y evitar que sus déficits aumenten.

Patricia del Barco asegura que se debe acudir a pedir ayuda a un centro de día en el momento que se detecte las deficiencias o las diagnostique un profesional. La Directora de Operaciones de STIMA afirma que en caso de que los pequeños déficits que empiezan a aparecer no se traten, lo habitual será que aumenten progresivamente, ya sea porque su origen sea alguna patología degenerativa o por el propio proceso de envejecimiento. “No tiene sentido esperar mucho más tiempo, todo lo que esperemos ira en contra de la recuperación del mayor”, advierte.

Los aspectos positivos de que el mayor acuda a un centro de día son múltiples. “Para el usuario, los beneficios irán dirigidos a la mejora del déficit que presente, ya sean estos físicos, cognitivos o funcionales. En cuanto al cuidador principal de la persona mayor, notará un gran alivio de la sobrecarga que suelen presentar tras asumir ese nuevo rol, evitaremos el síndrome del cuidador quemado, conseguirá ofrecer cuidados de más calidad el tiempo que este con la persona mayor y tendrá siempre cerca un equipo de profesionales para apoyarle en todas las dudas, miedos e inquietudes que le aparecerán pues los cuidados a una persona mayor suelen ser a largo plazo”, explica Patricia del Barco.

Además, el grupo poblacional más afectado durante la pandemia, y especialmente durante el confinamiento, han sido las personas mayores, generando en esta población efectos negativos tanto a nivel físico como cognitivo, además de alteraciones en el estado de ánimo y en la conducta. En este contexto, es importante recalcar la importancia de una adecuada rehabilitación para superar las posibles secuelas del aislamiento.

Tal y como afirma la Directora de operaciones de STIMA“a nivel físico se ha visto deteriorada la fuerza muscular del miembro inferior y, por lo tanto, la marcha, perdiéndola en algunos casos totalmente”. Asimismo, destaca también un aumento del deterioro cognitivo con más fallos de atención, memoria a corto plazo, alteración de las funciones ejecutivas y desorientación temporal.