Las uvas son uno de los alimentos con mayor riesgo de atragantamiento o asfixia, por lo que de cara a las celebraciones de fin de año desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) se recomienda evitar comerlas a personas mayores de 65 años, niños menores de 5 y pacientes de disfagia.

Las uvas, por su tamaño, forma, piel resbaladiza y la doble textura que presentan al ser masticadas, pueden provocar un atragantamiento que genere un taponamiento de las vías aéreas, impidiendo la respiración, por lo que la tradición de dar la bienvenida al Año Nuevo con las uvas puede ser bastante peligrosa, recuerda la SEORL-CCC.

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Las uvas pueden provocar un atragantamiento que genere un taponamiento de las vías aéreas

Además, el hecho de tener que comer las uvas rápido, al compás del reloj que marca las doce de la noche, también propicia los atragantamientos. Por ello, los otorrinolaringólogos ya solicitaron que se alargara el tiempo entre campanadas para poder realizar una masticación previa lo que minimizaría los riesgos de aspiración.

En cualquier caso, desde la SEORL-CCC se recomienda que las uvas se ofrezcan a niños mayores de 5 años sin piel, pepitas y partidas en trozos de forma longitudinal. Además, se recomienda no dar frutos secos ni grageas de chocolate a los menores de cinco años, ya que los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.

En el caso de las personas de edad avanzada, la incidencia de asfixia es siete veces mayor que en niños de 1 a 4 años, según una revisión publicada en la revista Geriatrics. Mientras que la disfagia es un trastorno de la deglución que afecta a más de 2,5 millones de españoles, de los que el 90% están sin diagnosticar. Aunque afecta a personas de cualquier edad, es más frecuente a partir de los 65 años, cuando afecta a casi un tercio de la población mayor.