Una investigación llevada a cabo por el Departamento Nuffield de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Oxford ha permitido para identificar mediante un análisis de sangre la patología que desencadena la enfermedad de Parkinson antes de que se produzcan los primeros síntomas.
Este hallazgo podría permitir a los médicos detectar a las personas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y facilitar la introducción oportuna de terapias de precisión que actualmente se encuentran en la etapa de ensayo clínico. Y es que esta enfermedad comienza más de diez años antes de se manifiesten los primeros síntomas.
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común que afecta a siete millones de personas en todo el mundo, con una duplicación prevista de casos para 2040. Se genera cuando las células cerebrales no pueden manejar una pequeña proteína llamada alfa-sinucleína, lo que provoca la formación de grupos anormales de alfa-sinucleína que dañan las células nerviosas vulnerables, causando el conocido trastorno del movimiento y, a menudo, demencia.
En el momento en que las personas son diagnosticadas con la enfermedad de Parkinson, la mayoría de estas células nerviosas vulnerables ya han muerto y se han formado grupos de alfa-sinucleína en muchas regiones del cerebro.
El poder predecir si las vías que manejan la alfa-sinucleína están alteradas antes de la aparición de los síntomas del Parkinson podría ayudar a los médicos a identificar a las personas con más probabilidades de beneficiarse de las terapias modificadoras de la enfermedad cuando estén disponibles.
Este estudio del Departamento Nuffield de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Oxford basado en anticuerpos desarrollado por el grupo de investigación, ha desarrollado una prueba consistente en aislar de la sangre las vesículas extracelulares que se originan en las células nerviosas y luego medir su contenido de alfa-sinucleína.
Tal y como destaca el profesor George Tofaris, «un ensayo sólido es crucial porque las vesículas extracelulares derivadas de neuronas constituyen menos del 10% de todas las vesículas circulantes, y ~99% de la alfa-sinucleína en la sangre se libera de las células periféricas, principalmente de los glóbulos rojos».
En el primer estudio de este tipo, el equipo analizó a 365 individuos en riesgo de cuatro cohortes clínicas (Oxford Discovery, Marburg, Colonia y la Iniciativa de Marcadores de Progresión del Parkinson con sede en Estados Unidos), 282 controles sanos y 71 personas con enfermedad de Parkinson genética o esporádica.
Descubrieron que aquellos con el mayor riesgo de desarrollar Parkinson (más del 80% de probabilidad según los criterios de investigación) tenían un aumento de dos veces en los niveles de alfa-sinucleína en las vesículas extracelulares neuronales y la prueba podía diferenciarlos con precisión de aquellos con bajo riesgo (menos del 5% de probabilidad) o controles sanos. En general, la prueba podría distinguir a un individuo con alto riesgo de desarrollar Parkinson de un control sano con un 90% de probabilidad.
Estos resultados indican que el análisis de sangre, junto con una evaluación clínica limitada, podría utilizarse para examinar e identificar a las personas con alto riesgo de contraer la enfermedad. En análisis posteriores, la prueba también podría identificar a quienes tuvieran indicios de neurodegeneración detectados por imagen, o patología detectada por un ensayo en líquido cefalorraquídeo, pero que aún no hubieran desarrollado un trastorno del movimiento o demencia.
Las personas interesadas pueden consultar aquí el artículo completo, ‘Researchers develop a blood test to identify individuals at risk of developing Parkinson’s disease’, publicado en JAMA Neurology.
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