Un artículo de Ferran López,
experto en ejercicio físico adaptado y responsable de desarrollo y formación en Fundación Siel Bleu España
Durante décadas, se daba por hecho que las personas mayores debían caminar con bastón. Sin embargo, la visión de la vejez está cambiando. El concepto de una nueva longevidad desafía esa premisa y muestra que el envejecimiento no implica necesariamente una pérdida de autonomía o actividad física.
Cada vez más personas mayores practican deportes como el tenis o se desplazan en bicicleta por la ciudad, demostrando que mantenerse activo es una opción real y accesible para muchos. La razón por la que estas personas pueden practicar estos deportes es su entrenamiento de fuerza a lo largo de los años. Este tipo de ejercicio es fundamental para preservar la masa muscular, fortalecer los huesos y mejorar la coordinación, tres pilares esenciales para mantener una buena movilidad y reducir el riesgo de caídas.

Desde nuestros inicios, en la Fundación Siel Bleu hemos tenido como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables, promoviendo su autonomía y bienestar, a través del Ejercicio Físico Adaptado, porque hemos entendido el ejercicio como una medicina para mejorar su calidad de vida. Como explica Guillaume Lefebvre, Director general de la Fundación en España, “cuando llegamos a nuevas residencias, muchas de las personas mayores nos comentan que nunca han tenido un entrenador personal y, aunque algunos de ellos tienen más de 100 años, nunca es tarde y cualquier persona a cualquier edad se puede beneficiar de un programa estructurado de ejercicio”.
Hacer ejercicio y envejecer con salud es fundamental para garantizar una mejor calidad de vida y disfrutar de una vida plena. Pero, ¿cómo determinar el ejercicio adecuado para cada persona? Ferran López, experto en ejercicio físico adaptado en la Fundación Siel Bleu España, ha desarrollado un innovador algoritmo de preguntas y respuestas diseñado para que las personas mayores puedan evaluar la conveniencia de realizar determinados ejercicios, asegurando así una práctica segura y beneficiosa.
Ejercicio beneficioso y seguro
El primer paso para quien quiera empezar a hacer ejercicio es elegir una actividad específica. Por ejemplo, las sentadillas.
- ¿Puede realizar el ejercicio?
- Si no logra hacerlo, es recomendable elegir otro ejercicio más adecuado.
- Sí puede, se pasa a la siguiente pregunta.
- ¿Disfruta haciéndolo?
- Si la respuesta es no, es mejor buscar una alternativa más motivadora.
- Si la respuesta es sí, se avanza al siguiente paso.
- ¿Puede hacerlas sin un esfuerzo excesivo ni dolor intenso?
- Si no, conviene reducir la intensidad o buscar una versión adaptada, como hacer sentadillas con apoyo en una silla.
- Si sí, el ejercicio es adecuado y se puede incorporar a la rutina.
Este enfoque progresivo permite encontrar ejercicios que sean seguros, efectivos y sostenibles en el tiempo, asegurando que la actividad física sea placentera y beneficiosa.
Una vez determinado que el ejercicio es adecuado, es importante preguntarse si resulta demasiado fácil. En ese caso, conviene aumentar ligeramente la dificultad para que siga siendo un reto, sin volverse inalcanzable. Si el ejercicio no es ni demasiado fácil ni demasiado difícil, significa que es adecuado para esa persona. Sin embargo, es recomendable esperar unos días para evaluar la respuesta del cuerpo, ya que podrían aparecer agujetas, por ejemplo, al cabo de 48 o 72 horas.
Otro aspecto clave es introducir los nuevos ejercicios de uno en uno. De este modo, es más fácil identificar cuál ha podido causar molestias o dolor. Además, es importante recordar que el cuerpo no siempre reacciona igual: un ejercicio puede generar incomodidad un día y no al siguiente. Este enfoque progresivo y adaptado, ayuda a garantizar que el ejercicio sea eficaz, seguro y sostenible a largo plazo.
Gracias a este algoritmo, las personas mayores pueden diseñar una tabla de ejercicios adaptada que les ayude a mantener y desarrollar su fuerza física. Es recomendable que esta rutina combine ejercicios de equilibrio y actividades cardiovasculares para lograr un entrenamiento más completo.
Mejor con un entrenador personal
Aunque esta tabla puede realizarse de forma individual, en función de la edad, es ideal hacerlo en compañía de un entrenador personal quien, además, nos acompaña y guía cada semana en nuestra rutina de ejercicios. Es recomendable que sea graduado por el Instituto Nacional de Educación Física y que tenga experiencia en la adaptación del ejercicio físico, como son todos los expertos de la Fundación Siel Bleu.
Otra opción es hacer ejercicio dentro de un grupo, ya que la actividad física en grupo no solo motiva, sino que también fomenta la socialización, un factor clave para la salud emocional y mental. Está demostrado que las relaciones sociales actúan como una auténtica medicina, ayudando a prevenir el aislamiento y mejorar el bienestar general.
Las sesiones en grupo pueden ser tanto presenciales como en línea: “En la Fundación Siel Bleu contamos con 25 años de experiencia que materializamos de manera abierta al público, en el “Gimnasio Virtual” de nuestro canal de Youtube, la mayor plataforma en el mundo, de ejercicios adaptados para personas mayores y que acumula más de 1.500 ejercicios distintos, avalados por nuestra experiencia y por 1100 técnicos”, como confirma Lefebvre.
Además del ejercicio, es fundamental llevar una alimentación equilibrada, rica en proteínas, calcio, vitamina D y ácidos grasos Omega-3, junto con una adecuada hidratación (al menos 1,5 litros de agua al día) y, si es necesario, suplementos nutricionales. El descanso también juega un papel clave: dormir un mínimo de siete horas diarias es esencial para la recuperación y el bienestar.
Porque, como decía Pablo Picasso, «la juventud no tiene edad», y mantenerse activo es una de las mejores formas de demostrarlo.