Los expertos en geriatría, gerontología y asistencia sanitaria a mayores apostaron por la unificación de los servicios sanitarios, sociales, farmacéuticos y residenciales en la atención a estas personas como respuesta al reto del envejecimiento.

Durante su intervención en el VII Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida, el director general del Consorci de Salut i Atenció Social de Catalunya y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Augusto García, ante la pregunta de si la atención en residencias para personas mayores debería configurarse como un nuevo nivel de atención intermedia, argumentó que “lo realmente importante para ofrecer una atención adecuada es no crear excusas que acaben fragmentándola más, sino trabajar en la unificación e integración de los servicios para atender todas las necesidades de la persona, sin importar qué nivel o quién los provea, y siempre respetando sus preferencias y deseos”.

Además, en este Congreso se debatió sobre el papel de los centros residenciales como proveedores de atención y cuidados integrales y especializados. Para ello, la jornada también contó con las intervenciones de Fini Pérez, directora del Departamento Técnico Asistencia de DomusVi en representación de AESTE; Montserrat Llopis, directora de ACRA y miembro de la junta directiva de CEAPS; y Juan Manuel Martínez, presidente de CEOMA, y de Josep Pascual, médico asesor experto en asistencia sociosanitaria, que moderó el debate.

Precisamente Pascual presentó las conclusiones del documento de posicionamiento sobre atención sociosanitaria al final de la vida en centros residenciales, al que se han adherido diversas entidades y sociedades científicas, y que ha sido coordinado por Fundación Edad&Vida. Dicho documento propone soluciones que permitan reconocer y mejorar la atención sanitaria y la calidad de vida de las personas que viven en centros residenciales al mismo tiempo que pretende dar visibilidad a la atención sanitaria (médica, farmacéutica y al final de la vida) que se ofrece en ellos para que se considere como un nivel asistencial intermedio dentro del Sistema Nacional de Salud.

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Es preciso unificar los servicios sanitarios, sociales, farmacéuticos y residenciales en la atención a las personas como respuesta al reto del envejecimiento

Otras de las sesiones en torno a la unificación de servicios fue la de ‘Atención Primaria de Salud e integración de cuidados. Dos conceptos que precisan el uno del otro’, que fue presidida por Jordi Guinovart, director general de HARTMANN España, y moderada por Carles Blay, médico de familia en el Institut Català de la Salut de la Facultad de Medicina de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya. Contó con la participación de Tino Martí, técnico oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Joan Gené, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria y profesor asociado de Medicina de la Universitat de Barcelona, y Raquel Hernández, responsable de la Unidad Funcional de Atención a la Cronicidad en el CAP Sant Cugat.

Todos ellos coincidieron en señalar que las personas mayores son las que experimentan con mayor intensidad la fragmentación del sistema, tanto sanitario como social, por lo que se hace necesario un mayor nivel de coordinación entre todos los agentes implicados.

Tino Martí habló de la Declaración de Astana, adoptada hace un año en la Conferencia Global sobre Atención Primaria de Salud como una apuesta por los sistemas de salud centrados en las personas y orientados a la atención primaria y como estrategia para lograr la cobertura de salud universal y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) contemplados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. A su juicio, “los sistemas de salud con enfoque en la atención primaria tienen un rol clave para abordar a nivel individual las necesidades holísticas de las personas mayores y la atención orientada a objetivos».

Para Joan Gené, “la lógica aconseja repensar la estrategia, abandonar los inefectivos programas territoriales hospitalocéntricos que segregan a los pacientes crónicos para pasar a ofrecer una atención centrada en la persona, su familia, su domicilio y su comunidad”, apuntó. Por su parte, Raquel Hernández habló de La Unidad Funcional de Crónicos (UFC) Sant Cugat, una nueva forma de organización de los equipos de atención primaria para adaptarlos al envejecimiento de la población, unidad que comenzó en 2012 con la intención de situar al paciente en el centro de la atención.