El Alzheimer es la segunda enfermedad (68,3%) para la que la población considera que se necesita mayor investigación, tras el cáncer (81,2%) y seguido por las enfermedades de salud mental (50,6%), tal y como revela el estudio “La percepción de la población española sobre el Alzheimer” realizado por Sanitas.

El 42,9% de los encuestados en este estudio “La percepción de la población española sobre el Alzheimer” señala que no conoce los primeros síntomas de la enfermedad del Alzheimer, esto provoca que muchas personas sean diagnosticadas ya en fases avanzadas, cuando la ralentización de la enfermedad se hace más compleja.

Entre los primeros signos del Alzheimer se encuentran la pérdida de memoria y la desorientación temporoespacial. En una fase más avanzada pueden aparecer otros síntomas como la incontinencia urinaria, la depresión, el temblor de manos, el insomnio o alteraciones visuales.

El diagnóstico precoz del Alzheimer permite aprovechar al máximo la reserva cognitiva y estimular la plasticidad neuronal

Tal y como explica David Curto, director Médico y de Calidad de Sanitas Mayores, “hay que poner el foco en diagnosticar prematuramente el Alzheimer, ya que va a dar muchas más posibilidades de ralentizar el curso de la enfermedad, tanto a través de terapias no farmacológicas como con tratamientos farmacológicos”.

“Además, va a permitir aprovechar al máximo la reserva cognitiva y a estimular la plasticidad neuronal. Es fundamental, por ello, que poco a poco se vaya concienciando a la sociedad de mejorar este diagnóstico precoz”, recalca el experto.

“La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Conocer bien el Alzheimer permite estar preparado para afrontar de la mejor manera posible la enfermedad de un familiar y a cuidarlo mejor en cada fase”, señala Curto.

Nueve de cada diez españoles cree que es posible ralentizar el Alzheimer a través de ejercicio mental (70,7%), medicación (61,4%) y ejercicio físico (38,9%). A pesar de ello, hay un 9,6% de la población que considera que es imposible ralentizar la enfermedad.

Por ello, es importante promover una mayor formación e información sobre esta patología. Y es que una parte importante de los cuidadores no cuenta con la formación ni los recursos necesarios para asistir correctamente a su familiar en su propio domicilio.

Medidas para mejorar la calidad de vida y el cuidado

Entre las medidas necesarias para mejorar la calidad de vida de una persona que vive con Alzheimer, el estudio “La percepción de la población española sobre el Alzheimer” indica que los cuidados profesionales son muy necesarios (85,8%), mientras que el 84% señala que lo son las relaciones familiares (83,60%).

En menor medida, el 67,6% cree que se puede mejorar la vida de una persona con Alzheimer a través de terapias no farmacológicas como la musicoterapia, la terapia con animales, o las salas de reminiscencia.

Cualquier persona con alteraciones en la atención, la memoria, el lenguaje y la motricidad puede beneficiarse de una terapia con música, ya que ayuda a reforzar las habilidades cognitivas, señalan desde Sanitas Mayores. Además, las terapias asistidas con animales también tienen efectos terapéuticos que favorecen el estado emocional. A través de este tipo de actividades, las personas mayores pueden mejorar distintos aspectos como las funciones cognitivas, las capacidades psicomotrices o los reflejos posturales.

El objetivo de estas terapias es conseguir que las personas con demencia sigan siendo personas autónomas, libres y con capacidad de decisión. Para eso debemos prestarles atención, conocer sus gustos y a partir de sus prioridades establecer las actividades y los programas que más les ayuden a vivir una vejez digna y feliz.

Mejorar del cuidado de paciente y familiares

Por otra parte, la población os española reclaman que para la mejora del cuidado de las personas que viven con Alzheimer son necesarias distintas medidas. El 84,2% cree que la formación para los profesionales es la medida más necesaria para mejorar el cuidado de las personas con Alzheimer, seguido de soporte profesional como la ayuda de terapeutas ocupacionales o pedagogos (82,70%), la ayuda psicológica (80,42%), y más del 70% indica que son necesarios recursos económicos (77,04%) y ayudas para la adaptación en el hogar (74,85%).

Y es que esta enfermedad neurodegenerativa no solo afecta al paciente. El impacto físico, psicológico y social también afecta a los familiares. De hecho, casi la totalidad de los españoles (más del 97%) creen que es necesario el apoyo de profesionales de la salud mental tanto en las personas que padecen esta enfermedad como en sus cuidadores.

El enfoque de la terapia psicológica, cada vez más clave en el cuidado de la patología, se adapta a cada persona. Se basa en que las personas con demencia y el profesional de salud mental trabajen juntos para descubrir qué podría estar causando los problemas de la persona, así como las formas de manejar estos problemas. Además, esta ayuda es fundamental para los cuidadores, es necesario conocer las distintas fases y encontrarse preparado psicológicamente para las distintas situaciones a las que se tendrá que enfrentar.