geriatricarea Naiara Fernández geriatra Igurco

Un artículo de la Dra. Naiara Fernández,
Médico geriatra en Igurco

Cabe preguntarse si las personas mayores están lo suficientemente concienciadas en cuanto a la importancia de llevar una alimentación e hidratación adecuadas, y la influencia de un correcto equilibrio alimentario para su salud. Quizá no lo suficiente.
Alimentarse en exceso y padecer sobrepeso es una realidad que, desgraciadamente, se da con relativa frecuencia entre nuestros mayores. Sin embargo, también se da el fenómeno contrario. De hecho, se sabe que al menos un 5% de las personas mayores que viven solas padecen desnutrición, una situación que afecta muy negativamente a la salud.
Los médicos especialistas en personas mayores (médicos geriatras) hacemos hincapié en que en muchas ocasiones, mantener una nutrición e hidratación adecuadas es algo casi tan importante como la necesidad de cumplir un tratamiento farmacológico. De hecho, para la prevención o el tratamiento de algunas patologías, una alimentación correcta puede ser igual o más importante que los medicamentos.

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Mantener una nutrición e hidratación adecuadas es algo casi tan importante como cumplir un tratamiento farmacológico

En la alimentación, independientemente de la edad pero de una manera mucho más necesaria conforme se pasa de los 65 años, las recomendaciones médicas para una buena alimentación incluyen la conveniencia de evitar el exceso de sal, los azúcares simples (azúcar blanco, bollería, refrescos) y las grasas de origen animal (tocino, mantequilla, etc.).
Si la persona mayor sigue esta sencilla pauta estará poniendo una buena base para prevenir la aparición de patologías graves como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cerebrovasculares.
Por otro lado, tampoco se debe olvidar que son recomendaciones para rebajar el consumo, ya que las dietas excesivamente restrictivas, mantenidas a lo largo del tiempo, pueden ocasionar la aparición de desnutrición.
Las recientes pirámides de la alimentación saludable han empezado a incorporar, asimismo, los suplementos nutricionales, como calcio, vitaminas D y B12, folatos, etcétera, cuya eventual recomendación deberá ser evaluada individualmente en cada caso por el médico.

Importancia de la hidratación

La hidratación es uno de los puntos débiles menos conocidos de la nutrición de los mayores. Con el envejecimiento, las personas mayores sufren cambios en sus mucosas, incluida la de la boca, y esto contribuye a que, en ocasiones, la sensación de tener sed no sea tan evidente. Asimismo, también se da el caso en algunos mayores, que se olvidan de beber agua o tomar líquidos que le puedan hidratar, como leche o zumos. 
Esta falta de hidratación no sólo tiene consecuencias físicas en el cuerpo, sino también en el rendimiento intelectual del mayor. Por eso es importante tratar de tomar todos los días unos ocho vasos de agua.

¿Cuánto es suficiente?

Las necesidades energéticas recomendadas para las personas mayores se estiman en una cifra que ronda las 30 kcal/kg al día como medida capaz de asegurar el gasto energético basal, es decir, la cantidad de energía necesaria para llevar a cabo una actividad física normal. Las personas con más actividad consumirán más.
A partir de esta referencia, la alimentación debe servir al mayor para mantener un estado nutricional óptimo. Cuando se come más de lo necesario, o se abusa de alimentos con muchas calorías, se puede empeorar el control de los niveles de colesterol, las cifras de tensión arterial y los niveles de glucosa. Esto puede suponer la aparición de enfermedades coronarias (los vasos sanguíneos del corazón) y cerebrovasculares (como por ejemplo, el ictus), responsables de muchas situaciones de dependencia entre los mayores.
No obstante, la desnutrición es una realidad demasiado presente. Así, entre las consecuencias de una alimentación insuficiente o mal equilibrada se pueden citar la pérdida de función muscular (y por tanto de capacidades físicas para la realización de las actividades básicas de la vida diaria) y la aparición de úlceras por presión en personas con limitaciones de la movilidad, que pasan mucho tiempo sentadas o encamadas. Además, también puede llevar a la aparición de edemas en las piernas, cansancio y un aumento del riesgo de caídas y, por lo tanto, de posibles fracturas.
De este modo, la persona mayor, su familia o su cuidador deben observar la necesidad de mantener una actitud vigilante para corregir posibles desequilibrios y desarrollar de forma activa una alimentación saludable.
Así, si observan una disminución en la ingesta alimentaria del mayor, una reducción o aumento de peso, dificultades para tragar o, incluso, tos cuando bebe líquidos, puede que se esté produciendo un problema nutricional.
Ante la sospecha de un problema en la alimentación del mayor es aconsejable acudir al médico y comentar la situación. Para paliar posibles problemas en el mayor, en Igurco realizamos a las personas mayores valoraciones nutricionales, con el fin de saber exactamente cuál es la situación del mayor en este aspecto y poder adoptar las medidas nutricionales más adecuadas en cada caso. Porque no lo olvidemos, cada persona mayor requiere un abordaje nutricional personalizado.
 

Técnicas de cocinado

Para las personas mayores es más recomendable cocinar los alimentos mediante el hervido, la cocina al vapor o el escalfado. Así se mantiene hidratado el alimento y mantiene muchas de sus propiedades.
Es recomendable también no abusar de las frituras ni de los rebozados, por su alto contenido en grasas y su mayor aporte en calorías.
También es frecuente que las personas mayores presenten problemas para tragar (disfagia). En estos casos, se puede optar por pasar los alimentos en purés para facilitar la toma. Las gelatinas, también pueden ser útiles.
 

Calcio y vitamina D contra la osteoporosis

En los mayores, especialmente en las mujeres, se ha de mantener una ingesta adecuada de calcio, presente en gran cantidad en los lácteos y el pescado, por ejemplo, lo que también contribuye a tomar proteínas. Además, la vitamina D es necesaria para una buena absorción del calcio: la leche, los huevos y el pescado la tienen; además, para su síntesis, es necesaria la exposición solar durante unos 20 minutos al día.